’El comal le dijo a la olla’ y otros refranes y frases culinarias

Opinión
/ 5 marzo 2024

¿Cuántos refranes culinarios existen en nuestra literatura gastronómica?

“Se me cuecen las habas”.

“A darle que es mole de olla”.

“Como agua para chocolate”.

“Si naces para maceta del cielo te caen las hojas”

¡Ah su mecha! ¡Somos un gran reflejo cultural de lo que comemos! ¡Hijo de su maíz! Este lenguaje urbano y también literario del colectivo popular nos da un indicador de este significado en nuestra cocina, que seguramente nace de estas leyendas que se desprenden del origen de los platillos.

¡Échale más agua a los frijoles! Cuando con las visitas esperadas van incluidos algunos gorriones...

Este lenguaje que dice a manera de fábula culinaria, está también lleno de sabiduría: “Del plato a la boca se cae la sopa”, “dónde come uno, comen dos “; estas formas aromáticas y con texturas en el lenguaje mexicano, quizás algunas palabras adoptadas que hacen un referente cultural en este camino dónde la cocina también son letras. Las palabras se comen y se llevan a la boca en cualquier guiso.

–A ver, chiquillo chiflado: “Aquí sólo hay lentejas... o te la comes o las dejas “.

–¿Doña Chole, comió gallo?

– A ver, haz bien las cosas, que no se puede chiflar y comer pinole.

–Mijita, cuidado, no te vayan a dar atole con el dedo.

Así el vox populi se llena de alimentos mientras el comal le dice a la olla, como bien lo cantó Cri Cri en sus fábulas musicalizadas, que honra la cocina muy a su manera.

Así es la cocina, es como el “ajonjolí en todos los moles”.

“La sartén por el mango” es saber que la expresión de la letras y la cocina van de la mano, al igual que música, el arte, los trastes, es conjunto sensorial que nos invita más apasionadamente a descubrir cada uno de sus sabores en las distintas ramas que arma uno de los oficios más bellos y apasionantes del mundo .

Estos recuerdos que pasan en la memoria de nuestra vida cotidiana. Para darle aún más sentido de pertenencia. Eso es glorioso, no somos una cuchara de peltre cualquiera, la movemos y bien movida la cazuela.

Y si tiene dudas “está para chuparse los dedos” el tema, la historia de este patrimonio inmaterial de la humanidad por la UNESCO.

Y pues cada quien “ escoge el tamaño de la cebolla con la que va llorar” y “no la haga de jamón” porque así es como los mexicanos vemos, comemos y escribimos las mejores recetas.

Porque cuando “tú vas por la leche yo ya hice el jocoque” y porque “todo lo que camina, corre y vuela se va a la cazuela”.

¡Y “como gallina vieja hace buen caldo”, ahí les va un puchero!

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