El coronel Baldomero, hijo de un magonista
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En Viesca existen héroes desconocidos u olvidados que dejaron una huella profunda y lucharon por la libertad de las generaciones futuras. Tal es el caso del coronel Baldomero
Baldomero Montelongo Montoya parece haber nacido en Viesca. Decimos “parece” porque se desconoce la fecha de nacimiento. En el Registro Civil y en la parroquia de Santiago Apóstol tampoco se encuentran sus datos. Cuentan en el pueblo que sus padres fueron Juan Montelongo y Juana Montoya. Don Juan fue uno de los encarcelados en San Juan de Ulúa por participar en el alzamiento magonista de 1908 en Viesca, convocado por los Flores Magón antes de la Revolución Mexicana encabezada por don Francisco. I. Madero en 1910. Tras su liberación, murió en Viesca en 1916, después del homicidio de su hijo Baldomero.
Doña Juana fue partera y curandera, así la recuerdan sus sobrinos Catarino y Valentín Montoya, de la Villa de Bilbao, donde se ubican las Dunas de Bilbao. Sus hermanos fueron Emilio, Matías y Catarino. En el Registro Civil aparece un acta fechada el 9 de febrero de 1912, donde Baldomero comparece para dar parte del fallecimiento de Carlos Montelongo, su vecino. También aparece como testigo del fallecimiento de Marcos Montelongo, de apenas 10 meses, en 1911, hijo de su vecino Marcos Montelongo. No está la firma porque no sabía leer ni escribir, pues no tuvo oportunidad de ir a la escuela. Cuando inició la Revolución, en 1910, se alistó y alcanzó el grado de coronel. Gozó de gran respeto dentro de las filas revolucionarias.
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Hay personas mayores que lo recuerdan cuando paseaba por las calles del pueblo, en su caballo alazán. Dicen que tenía la estampa de ser un caballo de pura sangre. Él paseaba por las calles con mucho porte, saludaba con mucha amabilidad y respeto. En el pueblo ya se respiraba un ambiente de tranquilidad, aunque aún existían grupos rebeldes que se manifestaban en contra del gobierno, porque no estaban conformes con los resultados de la Revolución.
El gobierno, para controlarlos y apaciguarlos, enviaba grupos de la policía “acordada”. Esta policía rural o “Rurales” de México, como se le conoció en aquellos tiempos, fue una fuerza policial que nació para proteger los caminos en las áreas rurales contra los bandoleros y así mantener el orden. Una vez terminada la Revolución, fue utilizada para combatir a los grupos inconformes que realizaban acciones contra del gobierno.
Al llegar a Viesca, un grupo de la policía “acordada” se instaló en el pueblo en busca de contrarios al gobierno que aún se mantenían levantados. Al observar la conducta de esos ciudadanos eran detenidos y encarcelados. Al enterarse en el pueblo de que el coronel Baldomero había pertenecido a uno de los grupos revolucionarios, lo buscaron para detenerlo. Lo localizaron, pero él huyó en su caballo. Lo siguieron y, cuando lo alcanzaron, lo ejecutaron. El jefe militar de esta policía rural se apellidaba Córdova.
El ajusticiamiento del coronel Baldomero ocurrió en la esquina de la calle la “Orilla de agua” (Dr. Francisco González) y avenida Aldama, en Viesca. Ahí fue despojado de sus pertenencias, lo dejaron tirado y semidesnudo. Nadie se atrevía a levantar el cuerpo: la gente se acordaba de cómo habían tratado a los magonistas y a quienes los apoyaron. Lo recogieron hasta el día siguiente sus papás, don Juan y doña Juana. Platican los sobrinos del coronel Baldomero que, ante esa irrupción del gobierno, llevada a cabo por la policía rural, la “acordada”, la familia escondió las armas en la noria de su casa. Y sufrieron en silencio la muerte de su familiar.
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Del coronel Baldomero no se sabe a qué grupo revolucionario perteneció. Su trágica muerte, según se cuenta de generación en generación, ocurrió entre 1915 y 1916. Aunque no podemos precisarlo, sí sabemos que heredó el espíritu combatiente de su padre magonista, quien también luchó contra las injusticias. Entre los años de 1950 a 1960, en la casa ubicada en la esquina de la “Orilla de agua” y Aldama, donde fue ejecutado, todavía aparecía en el adobe de la pared del lado norte, grabado y bien marcado, el nombre de Baldomero Montelongo con una cruz y la fecha, ya borrosa, del día que fue asesinado por el gobierno.
Sin duda, en Viesca existen héroes desconocidos u olvidados que dejaron una huella profunda y lucharon por la libertad de las generaciones futuras. Tal es el caso del coronel Baldomero y de quienes participaron en el levantamiento magonista de 1908. Aunque muchas de sus tumbas se han perdido con el paso del tiempo, permanecen en la memoria del pueblo.