‘El Desaire’: un filme para despertar las conciencias

El inmortal cineasta italiano Ettore Scola solía decir que “el cine es un espejo pintado”, con lo cual buscaba llamar la atención respecto a la potencia que el lenguaje cinematográfico tiene para reflejar la realidad de las sociedades humanas y, a partir de ello, provocar reacciones colectivas.

Y es que el cine posee una capacidad especial para contar historias de forma que el espectador es trasladado a mundos que reflejan, a menudo con brutal honestidad, las desigualdades, injusticias y crisis que enfrentamos como sociedad. Desde los movimientos por los derechos civiles en los años 60 hasta las luchas contemporáneas por la igualdad de género, el cine ha sido un vehículo para catalizar el cambio.

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Un ejemplo relevante en este sentido es el del cineasta mexicano Alfonso Cuarón quien, con su película “Roma”, provocó hace unos años una intensa discusión respecto a la forma en que la sociedad mexicana trata a las empleadas domésticas, en particular cuando se trata de mujeres de ascendencia indígena.

“Lo que más feliz me hace es el diálogo que se ha creado alrededor de la lucha de las trabajadoras domésticas y me da mucho gusto que organizaciones muy importantes, que están buscando legislar su trabajo, están utilizando ‘Roma’ como plataforma y que el público de todo el mundo está arropando a una mujer indígena”, dijo a propósito de las reacciones provocadas por su filme.

El español Luis Buñuel señaló en su momento que “el cine no tiene que edulcorar la realidad”, sino que debe mostrarla tal cual es, “para que quien la vea no pueda ignorarla”. La reflexión anterior la formuló a propósito del impacto provocado por su película “Los Olvidados”, un filme que retrató con crudeza el México urbano y empobrecido de los años 50 del siglo pasado.

El liminar anterior viene a cuenta porque hoy se realizará el preestreno de la película “El Desaire”, una producción que puede considerarse saltillense debido a que su producción fue impulsada por instituciones locales, entre ellas VANGUARDIA, y fue rodada en la capital de Coahuila.

Inspirada en el famoso corrido de Rosita Alvírez, el largometraje busca llamar la atención de la comunidad respecto a un problema que lacera a nuestra sociedad y que, en Coahuila, tiene repercusiones particulares debido al incremento en su incidencia en fechas recientes: el feminicidio.

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La adaptación de la historia es el pretexto para contribuir a la necesaria −y urgente− generación de conciencia colectiva en torno a la necesidad de modificar los patrones socioculturales en los cuales descansa la discriminación históricamente sufrida por las mujeres, cuya peor traducción es el feminicidio.

No se trató solamente de crear una pieza para el entretenimiento, sino de aprovechar la potencia del lenguaje cinematográfico para sacudir las conciencias individuales −y con ello la colectiva−, para que todos asumamos la responsabilidad que nos corresponde en la construcción de una sociedad realmente igualitaria en la cual ninguna mujer sea víctima de violencia.