El espejismo del tipo de cambio
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La gente no deja de hablar ni de sorprenderse de la fortaleza que ha venido registrando el peso en los últimos días. El mero hecho de escuchar o leer en las noticias que se encuentra rozando las 19 unidades por dólar es motivo de suposiciones e ideas que se van formando en el colectivo social.
No hay nada mas engañoso y que causa tanta confusión en la gente, como lo es el tema del tipo de cambio. Por algún extraño motivo se suele asociar el desempeño de la moneda nacional con la fortaleza de la economía, o bien con el éxito o fracaso del gobierno en turno. Nada más falaz que ello. Más aún en una economía global y abierta a los flujos financieros como la que tenemos hoy en día.
Es necesario precisar que el desempeño de la divisa mexicana responde a factores externos e internos. Las altas tasas de interés que el Banco de México viene manteniendo en su búsqueda de contener la inflación, ocasionan que las inversiones en pesos sean atractivas para los inversionistas que traen sus dólares al país.
Sabemos que nuestro país no es el único que ha venido aplicando políticas monetarias restrictivas y que hay muchos otros que están aplicando esta misma receta. No obstante entre los mercados emergentes, México luce mas atractivo, si tomamos en cuenta que Rusia se encuentra sumida en una guerra que le ha ocasionado problemas a su economía, además de las sanciones que le han impuesto.
La economía brasileña aún no termina por levantar, arrastrada por la inestabilidad política, caso más o menos similar al de Turquía. China por otra parte, lidiando con un nuevo brote de COVID-19 y un evidente desgaste de su modelo económico que ha venido perdiendo impulso en los últimos años.
Ante este escenario en naciones emergentes, México representa una apuesta relativamente segura. La posición fiscal conservadora y el impecable manejo monetario por parte de Banco de México parecen quitarle cierta visibilidad a problemas evidentes que traemos encima como el estado de derecho y la claridad en el clima de inversión.
El punto importante aquí, es que colgarse del tipo de cambio para presumir “el buen desempeño de nuestra economía” es una apuesta muy arriesgada y que siempre termina mal. Así le sucedió a López Portillo en 1982 y Salinas de Gortari en 1986, quienes anclaron el supuesto éxito de su imagen presidencial al comportamiento del peso.
El espejismo del tipo de cambio no solo evidencia una total ignorancia en la interpretación de factores de económicos, asumiendo que este es la representación de nuestros logros o fracasos económicos. También nos impide comprender que en épocas de crisis económicas las depreciaciones de la moneda han contribuido a mitigar el impacto del shock, al permitir que el impacto de este se absorba por dos canales (tipo de cambio y nivel de producto) en lugar de uno solo (nivel de producto).
Entiendo que esto último es un tema un tanto técnico. Pero justamente eso explica el espejismo y la ignorancia que rodea a este tema.
Catedrático de la Facultad de Economía de la UAdeC
@guillermo_garza