Terminaron azorados. Sin hacer nada. Puras obras basura. Ni siquiera las de relumbrón. La zona metropolitana de Monterrey acumula déficits financieros para las administraciones por entrar.
Ciudad Benito Juárez pasará al controvertido Félix Arratía, de Movimiento Ciudadano. Avisó la naturaleza de la narrativa. No hay recursos para cubrir los aguinaldos de los trabajadores. Los indicadores de homicidios sitúan la zona en la parte alta. Sin la Guardia Nacional, el polémico alcalde vivirá la pesadilla en carne propia.
La capital del estado, Monterrey, conducida por el ahora senador nacido en Magdalena de Kino, Luis Donaldo Colosio Riojas, encabeza los pasivos por más de dos mil millones de pesos.
Todo el centro de la urbe es intransitable. Las colonias del poniente con el drenaje reventado. Al sur, en las intermediaciones del ITESM, las aguas negras están a la orden en toda la calle Filósofos. Ideal para continuar con la plaga de dengue. Colosio es el cabo suelto entre la conveniencia del apellido y la forma tan corriente de hacer negocios al amparo de Movimiento Ciudadano.
Tampoco Adrián de la Garza, al tomar posesión, no mejorará los servicios. Incluso las simulaciones de mesas de trabajo. Ninguno de los presupuestos federales entregados al estado le dará al enemigo de Samuel García. Deberá usar con inteligencia los magros impuestos de Monterrey. Cumplir sus promesas de pasaje gratis o tarjetas rosas para mujeres en situación vulnerable.
Adrián con seguridad les dará instrucciones a Movilidad manga ancha. También a quienes le puedan agregar recursos frescos en el ramo de la construcción, espectáculos, y todos los giros negros. A vivir y a morir en la intensidad de la noche. Abrazados de las hermosas sexo servidoras venezolanas, colombianas, haitianas y nuestras naturales de San Bernabé y San Ángel.
Ciudad Guadalupe, Apodaca, San Nicolás, Escobedo, García, Santa Catarina, incluso el suburbano mixto Santiago, corren la misma apuesta en ciego. La del capricho de un gobernador irredento e irresponsable. Dicta la orden a su tesorero. No bajar ni liberar los recursos a los municipios. La venganza de Samuel atenta contra la bonanza.