El futuro de México (16): Ciudades, malditas desde su concepción
Las ciudades nacieron malditas. Las ciudades desde su concepción, desde su nacimiento; vaya, desde el Génesis (4:17), nacieron malditas, son malditas. Repasemos lo conocido por usted: a la letra la Biblia dice: “Caín... habitó en tierra de Nod (errante, es la traducción), al oriente del Edén./ Y conoció Caín a su mujer, la cual concibió y dio luz a Enoc; y edificó una ciudad, y llamó el nombre de la ciudad del nombre de su hijo, Enoc...” (Génesis 4:14-18). Usted también lo sabe: Jehová castigó a Caín por haber matado a su hermano, Abel. El Dios iracundo del Antiguo Testamento le puso una señal en la frente para no ser tocado por alguien, jamás.
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Por lo anterior, las ciudades son malditas, fueron fundadas por un asesino. Pero note usted lo siguiente: Enoc, el hijo, “caminó” con Dios (Génesis 5:24) y fue transportado al cielo (Génesis 5. 18-24). Las ciudades nacieron malditas, pero el varón Enoc como tal, aunque fue hijo de un asesino, fue salvado e incluso “transportado al cielo”. Aquí hay una aparente contradicción con una idea la cual luego se dice en la Biblia (el uso o no uso de las bendiciones), pero posteriormente lo abordaremos en otro texto en nuestra tertulia sabatina de “Hablemos de Dios”.
Y son los poetas, los creadores, siempre son los poetas quienes nos clarifican el terreno minado a tantear. A través de sus textos, los poetas han anunciado y desde siempre el fin de la humanidad cuando ésta dejó el idílico campo y se mudó para siempre al enjambre citadino. Octavio Paz, T. S. Eliot, Edgar Allan Poe, Vladimir Nabokov, Charles Baudelaire son sólo algunos de los estetas los cuales nos alertaron de lo anterior. La nómina es larga, como siempre, y el espacio corto.
Todos, todos ellos olieron y con mucho tiempo el huracán y la tormenta en lo cual se convertirían las ciudades. Ciudades habitadas por pájaros enloquecidos, ciudad es donde se pudren los borrachos y los viejos, las prostitutas y los padrotes. Ciudades donde “habita una sucia neblina...” la cual invade la “atmósfera”. “Hormigueante ciudad, ciudad llena de sueños”. Sí, pero también ciudades donde la “pupila se moja en la hiel”.
Los versos entrecomillados son versos de un poema del siempre atormentado Charles Baudelaire. Él mismo consumido por la ciudad, enfermo de alcohol y sífilis. ¿Cómo habitar las ciudades? Para mí sólo hay tres formas posibles: alcoholizado, loco o muerto. Básicamente es lo mismo, son sinónimos. Lo dijo Baudelaire: “(Cuando) el trabajo inicia... en el aire estancado la pestilencia azota...”.
El futuro del mundo 1: La sangre en el rostro de Donald Trump y su mano desafiante, sin una pizca de miedo o de cobardía, lo han encumbrado. Es imposible que pierda en las urnas. Ya estaba arriba en las encuestas, con el intento de magnicidio en su contra, lo han dejado en las nubes. Y si gana, el futuro de México es más que incierto. Ya ha hablado de su plan contra los migrantes ilegales que por miles tienen colapsada su frontera. Y la de nosotros. Cerrar la frontera gringa y una deportación masiva de ilegales rumbo a México. El apocalipsis es hoy y Claudia Sheinbaum, la hija favorita de Andrés Manuel López Obrador, ni idea ni planes tiene.
ESQUINA-BAJAN
El futuro del mundo 2: La vida bucólica de nuestro pasado inmediato, casi ha terminado por completo. La vida campestre, feliz y al natural, es sólo un pálido recuerdo: hoy habitamos las ciudades. Y hay ciudades las cuales pueden cambiar el curso de la historia de la humanidad toda. Pienso en tres a vuela pluma: Tarso (donde se educó y nació Pablo, aunque en ese entonces como judío, era Saulo. Y usted lo sabe, sobre sus hombros se fundó el cristianismo. No por algo, muchos dicen de un motivo: la Iglesia de hoy no debe llamarse cristiana, sino paulina).
París (la ciudad luz para crear, motivo de vida de escritores, pintores, filósofos, músicos, poetas) y, en nuestros tiempos modernos, Nueva York (esa musa de la cual todos abrevan, la musa en la cual se ha convertido la ciudad ya mítica de Nueva York.). Pero hoy aparece la ciudad de Butler, Pensilvania, la cual fue el escenario del intento de magnicidio de Trump. Episodio el cual ha sido el parteaguas para su ya muy cantada victoria en las urnas.
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El futuro del mundo 3: A las ciudades se les detesta y se les ama por igual. Es como el amor con las musas en mi caso. No podemos vivir sin ellas. Tampoco con ellas. Lea usted lo siguiente de Alfonsina Storni, poeta y suicida ella: “Tengo sed tan salvaje que me quema la boca/ y ansío beber agua que brote de la roca./ Persigo las corrientes para bañar la piel,/ alimentarme quiero de rosas y de miel./ Dormir sobre los musgos, ignorar la palabra,/ y tener dos amigos: un cisne y una cabra”.
Claro, usted ya lo notó inmediatamente: es la famosa agua la cual hizo brotar Moisés de la roca al sonido o quebrantamiento de su cayado de mando. Por esto, y no otra cosa, la poesía abre puertas secretas y la alta y buena literatura siempre nos dará pie para ver la vida diferente, una vida mejor a esta, la cual se abre ante nuestros ojos en estas ciudades malignas. Alfonsina Storni, dijimos, suicida ella. Y la crisis suicida en esta región sureste es ya pandemia.
LETRAS MINÚSCULAS
Domingo negro: tres mujeres se suicidaron el día 14 de julio. Un hombre lo intentó, pero su soga se rompió... urbes malditas.