El gabinete de Manolo
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El pasado sábado 2 de diciembre, el gobernador Manolo Jiménez presentó a los integrantes de su gabinete, alineado a una doble visión: una de imagen institucional, que liga mediante una estrella −la de Coahuila− a la de Texas, cuando hace 200 años la bandera unificaba a un mismo estado. La estrella está a la mitad de una “C” que significa: Coahuila, Coalición y Ciudadanización.
La segunda, ligada a la anterior, enfatiza la visión de un gobierno regido por estándares de alto rendimiento −técnico y político−, definidos desde la exigencia de una cultura laboral que permita asentar las bases de la entrada de Coahuila a una economía global.
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Esos mismos parámetros, sin embargo, apuntalan también la ciudadanización del gobierno y el blindaje −mejorado− de Coahuila ante los embates del crimen organizado.
Esa visión está presente en la selección de los integrantes del gabinete de Jiménez; los cuales fueron seleccionados por tener la capacidad técnica y política para alcanzar dichos estándares desde sus respectivas trincheras de trabajo.
El gabinete cumple con un balance estricto de género (14 de 30 posiciones son para mujeres) y de distribución regional (las 5 Regiones están representadas). La edad promedio frisa entre 45-48 años y la combinación por edad intergeneracional es equilibrada.
La representación partidista al interior del gabinete está −como es deseable− diseñada a favor del gobernador, tanto en puestos estratégicos como en la cantidad de éstos: 19 de 30 posiciones son del equipo cercano a Manolo.
Cinco alfiles son cercanos al exgobernador Miguel Riquelme: Eduardo Olmos, Sonia Villarreal, Miguel Algara, Lauro Villarreal y Xavier Herrera. Otro, a Rogelio Montemayor: Jesús María Montemayor Garza.
Tres posiciones fueron a la coalición; el PAN obtuvo dos: la Secretaría de Cultura (Esther Quintana) y la Secretaría de la Mujer (Mayra Lucila Valdés). Mientras el PRD sólo consiguió la Secretaría de Vivienda y Ordenamiento Territorial (Ángel Fajardo Sánchez).
Los dos puestos restantes tienen una coloratura de sociedad civil: la Secretaría de Educación (Emanuel Garza Fishburn) y la Secretaría de Medio Ambiente (Susana Estens).
¿Cuáles son los impactos colaterales de estos nombramientos en el ajedrez político de Coahuila?
La gobernabilidad política del estado será responsabilidad de tres personas: Óscar Pimentel (secretario general de Gobierno), Diego Rodríguez (subsecretario de Gobierno y Comunicación Institucional) y Eduardo Olmos (Secretario de Desarrollo Regional de La Laguna). Éste también, tendrá otras dos funciones: fortalecer las acciones de gobierno de Manolo en la Comarca Lagunera de Coahuila, e imponer límites a los caprichos de Román Alberto Cepeda para asegurar su lealtad irrestricta al proyecto de Manolo Jiménez.
Carlos Robles Loustaunau llegará al Congreso estatal para asumir su presidencia, porque Lauro Villarreal, titular de la diputación plurinominal que llevaba a Robles como suplente, será el encargado del CEAS.
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El nombramiento de Xavier Herrera como administrador fiscal facilitará la reelección de Román Alberto Cepeda en Torreón; y el encargo de Javier Díaz, como coordinador del Programa Mejora, permitirá la de José María Fraustro, en Saltillo. Aunque, en el caso de Díaz, su responsabilidad lo posiciona como un fuerte candidato para la alcaldía de Saltillo en las elecciones de 2027.
El futuro del exsecretario de Salud, Roberto Bernal, quien realizó un excelente trabajo durante los últimos seis años, está en el aire.
Coahuila tiene altas expectativas de los integrantes de este gabinete y de Manolo Jiménez. Entonces, la esperanza es una: que alcancen las alturas esperadas por el bien de ellos y de los coahuilenses.
Nota: El autor es director general del ICAI. Sus puntos de vista no representan los de la institución