El rey del Cash: ¿efectivo o evidencia?

Opinión
/ 14 octubre 2022

Esta semana las redes sociales se inundaron de memes y opiniones diversas sobre el nuevo libro “El Rey de Cash” de Elena Chávez, a tal grado que López Obrador lo mencionó en la mañanera diciendo que tenía un escudo protector, su honestidad. Digo, ¿de qué pensaban que había vivido López Obrador los 12 años que estuvo en campaña?, ¿quién pagó la gasolina y la comida en todos esos viajes por cada ranchería, pueblo y ciudad de México?, ¿el aire, acaso?

Dinero y campañas políticas es un binomio inseparable, no sólo en México, en cualquier parte del mundo. No se pueden entender sin los sobres, maletas, mochilas con efectivo. La magia del efectivo es que no hay evidencia, pruebas; pero es clarísimo que de algún lado tenía se tiene que sacar todo ese dinero para financiar campañas.

Quiero ser muy clara en que este no es un problema de López Obrador, este es un problema generalizado de todo el sistema político en sí, hace muchas décadas, no es nuevo, y no va a cambiar. Ahora me explico. Las diferentes reformas electorales en México desde la del 77, pasando por el 96, 2002 y 2007 y 2014 (la última), intentan poner curitas a dos problemas: el financiamiento de los partidos políticos y las campañas electorales; y el “piso parejo” para todos los participantes de las contiendas. Por esta razón, comenzaron los topes de campaña, pensando que no se pudiera gastar más de cierto monto y ese dinero fuera público (igual para todos), garantizaría que cualquiera tiene oportunidades de ganar en una elección. Lo cual es totalmente falso.

Después de casi 50 años de reformas electorales no hemos conseguido resolver el problema del dinero ni que todos los participantes empiecen donde mismo la carrera. Esto es verdaderamente imposible. La cantidad de intereses impide que el juego sea limpio, aunque queramos. ¿Qué sí podemos hacer entonces?

El modelo electoral en Estados Unidos permite que cualquier persona, pueda donar a su candidato o candidata favorita, desde un dólar. Y luego están estos conocidos PAC, que es un grupo de personas y organizaciones, que donan montos más grandes a las campañas de ciertos candidatos o partidos políticos. Esto lo hace más transparente porque sabes quién lo dio, cuándo lo dio, cuánto dio. En otras palabras, es más difícil tener intereses ocultos, si sabes que cierta empresa o grupo de interés dona a tal partido, sabremos cómo votará ese partido en los temas que le preocupan a estos “donadores”. No estoy sugiriendo que copiemos el modelo norteamericano tal cual, eso jamás funciona.

Primero tenemos que ser realistas y decir públicamente cuánto cuestan las campañas. ¿Apoco ustedes creían que la gasolina, los lonches, las cocas, los jugos (por decir lo menos) del día de la elección eran gratis? El número real está muy lejos de los “topes” de campaña.

Paso número dos, tenemos que abrirle la puerta a las donaciones privadas a las campañas de manera legal, lícita y transparente por medio del sistema bancario para que sea totalmente rastreable este recurso. Más de uno se preguntará en este punto, ¿qué pasa con el narcotráfico? Eso requiere otro análisis, sin embargo, que el dinero esté en cuenta bancaria permite hacerlo más transparente.

Y en tercer lugar, pero no menos importante, tenemos que invertir enserio en formar ciudadanos y ciudadanas de tiempo completo que sean capaces de analizar y cuestionar de dónde viene el recurso y exigirle a sus representantes, sobre todo en el caso del Poder Legislativo, cuentas de sus acciones. Teóricamente la reelección de legisladores tiene su esencia ahí, que los representantes vuelvan a sus comunidades y estos puedan castigarlos con su voto. Sin embargo, lo que pasa hoy es que los alcaldes, gobernadores, diputados, senadores se deben a los partidos políticos y los grupos de interés que les dieron el “cash” para financiar su campaña. Creando así un círculo vicioso.

En mi opinión, el problema no radica en la cantidad de dinero que se gasta, si no en el cómo se obtiene y en la ausencia de incentivos y castigos para la clase política. #YoTePago es una propuesta de plataforma que permite a los ciudadanos interactuar con sus representantes en todos los niveles y darles seguimiento. Necesitamos crear como sociedad civil y sector privado herramientas para robustecer. La respuesta ya no está en otra reforma electoral ni en evitar que siga yendo dinero a las campañas. La respuesta está en formar más y mejores #CiudadanosdeTiempoCompleto y herramientas de contrapesos.

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