El Tirano del Año 2022
Inició el año con todo nuestra Cuarta Transformación.
La secta más peligrosa en México desde NXIVM, vio a su líder carismático, Andrés Manuel López Obrador, alzarse con el título del Tirano del Año 2022, que otorga Index on Censorship.
Fundada hace medio siglo, en 1972, Index on Censorship es una organización que aboga por la libre expresión y se dedica a monitorear el estado que este derecho humano básico guarda en los países alrededor del mundo.
Me parece pertinente destacar no sólo la antigüedad de Index on Censorship, sino además su carácter como organización internacional y colegiada, administrada por intelectuales, periodistas, escritores y académicos de diversas partes del mundo. ¿Por qué? Porque ya sabe que luego los apologistas e ideólogos de la 4T son capaces de jurar que estos organismos y sus actividades fueron creadas con el único propósito de desprestigiar a su movimiento y de hincharle las pelotas al Santo Varón de Macuspana.
Hace algunos meses la postulación de López Obrador junto a otros 11 déspotas, entre dictadorzuelos y dictadorazos, corrió como una noticia más bien colorida y anecdótica de poca importancia.
Realmente, igual que en el futbol, pocos habrían apostado por México, teniendo como adversarios a verdaderas súper potencias de la autocracia y la censura.
Hay que reconocer, en honor a la verdad, que AMLO está en pañales (pañales de la tercera edad, desde luego) junto a homólogos como Daniel Ortega, de Nicaragua, quien de plano confiscó el periódico La Prensa y embargó el histórico edificio donde se editaba, porque lo consideraba un “panfleto de derecha” (me suenan esos calificativos); o Aleksandr Lukashenko de Bielorrusia, quien ordenó alrededor de 500 detenciones en contra de periodistas críticos de su régimen.
Y ni qué decir de las ligas mayores de la dictadura moderna: Vladimir Putin de Rusia, Xi Jinping de China y la versión malvada de la estrella del “Gangnam Style”, Kim Jong-un, de Corea del Norte, notables todos por su “eficiente” manejo de la prensa disidente.
Completaban la lista de nominados los presidentes de Egipto, Irán, Arabia Saudita, Qatar, Birmania y Guinea Ecuatorial; no escribo sus nombres porque me da una flojera infinita siquiera tratar de pronunciarlos. Pero no dude que todos gozaban de sobrados méritos para formar parte de este perverso y selecto club.
En el caso concreto de nuestro Tlatoani del Bienestar, no es que haya él ordenado desaparecer periodistas o cerrar medios de comunicación (aunque no puedo asegurar que la idea no lo ponga bien “hot”, como boleto a Nayarit).
Pasa que con 19 periodistas asesinados, México, durante el cuarto año de gobierno de López Obrador, se convirtió en el peor lugar sobre la Tierra para ejercer el oficio informativo, más peligroso incluso que zonas en conflicto bélico como Ucrania.
Y si estas condiciones son en efecto herencias de una sostenida descomposición social propiciada por los gobiernos anteriores, cierto es también que durante el régimen de la Transformación de AMLO la situación no ha hecho sino empeorar.
Y si un presidente permanece indiferente ante semejante adversidad de condiciones, no sólo es heredero del problema, es sin duda una parte activa y capital del problema mismo.
Pero el venerable del Palacio no sólo no reconoce que los periodistas están enfrentando un monstruo de mil cabezas, como la narco-política, se empeña además en presentar al periodismo como un poder enemigo de su régimen y valida sus constantes ataques y desacreditaciones contra la prensa como una legítima guerra contra las élites.
Con todo lo anterior, AMLO dejó atrás en las etapas de Traje de Baño y Traje Regional a los otros tiranos aspirantes al título. Sin embargo, allí no acaban sus talentos:
El Presidente de México también ha violado la Constitución impunemente, vulnerando los derechos y la seguridad de los periodistas al hacer pública información estrictamente personal.
Finalmente, desprestigiando la labor informativa, genera desprecio y virulencia en contra de los comunicadores, tanto entre sus seguidores como entre los gobiernos locales afines, los cuales se sienten animados a tratar con el mismo desprecio a la prensa.
El clima hostil creado en contra de los informadores, la total indiferencia y trivialización del peligro que corren (AMLO argumentó que el ataque a Ciro Gómez bien pudo ser un autoatentado para perjudicar su imagen), pero sobre todo la cifra de periodistas asesinados, le valieron pues a nuestro Presidente un reñido pero justo título como Tirano del Año 2022.
Pero, como cualquier observación desfavorable, AMLO optará por cualquiera de sus dos estrategias primordiales: Ignorar todo o -en caso de no ser posible, o a pregunta expresa- desacreditar la calidad de quien lo cuestiona, en este caso Index on Censorship, tachándolo como maniobra del conservadurismo; sin moverlo en ningún caso a hacer una mirada autocrítica o hacia la más modesta admisión de que tenemos un problema sobre el cual es necesario hacer algo.
Y solo por si, pese a lo anterior, no está aún muy convencido de que Andrés Primero “El Macaneador” es todo un autócrata enemigo de la libre expresión, baste recordarle cómo en la pasada Cumbre de Líderes de América del Norte impidió el uso de la palabra del Primer Ministro canadiense y del mismísimo presidente de los EEUU.
Prefirió agotar el tiempo de la rueda de prensa debrayando como lo hace en la mañanera, soltando dislates improvisados y machacando sobre los temas que cree que domina, para la visible incomodidad de los mandatarios invitados.
Pero lejos de ser una descortesía, un acto egoísta o un desliz propio de quien se emocionó con el uso de la palabra, fue una calculada maniobra para que ni Justin Trudeau ni Joe Biden tuvieran oportunidad de pronunciarse sobre los temas que son prioritarios para sus respectivas naciones: Energías limpias y tráfico de fentanilo respectivamente, asuntos sobre los cuales México no tiene argumentos frente a sus vecinos y socios comerciales.
Al final Biden hizo constar a la prensa que no le dieron tiempo de responder a las preguntas dirigidas a él.
¡Pues mis respetos para Su Alteza Garnachísima! ¡Qué habilidad! Ya si AMLO es capaz de regatear el derecho a la expresión al Presidente de los Estados Unidos, ¿qué puede esperar de tal derecho cualquier periodista mexicano?
¡Felicidades, a nuestro autócrata favorito! AMLO I. Tirano del Año 2022.
