El veredicto contra Trump llegó: culpable

Más allá de las consideraciones que personalmente puedan tenerse sobre el hecho, ayer ocurrió un suceso histórico que no puede pasar inadvertido en ninguna parte del mundo: el expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, se convirtió en el primer mandatario de ese país en ser declarado culpable de cargos penales.

De acuerdo con las crónicas difundidas, el veredicto llegó ayer de forma sorpresiva, pues parecía que la jornada concluiría sin que éste apareciera. El juez que condujo el proceso, Juan Merchan, había informado a los presentes en la corte que estaba por despedir a los integrantes del jurado, pero unos minutos después apareció para informar que ya habían concluido su trabajo.

Poco más tarde, la palabra “culpable” se escuchó 34 veces al señalarse cada uno de los cargos enderezados contra el neoyorkino por haber falsificado documentos para ocultar un pago realizado -con recursos de su campaña presidencial de 2016- a una actriz porno, a cambio de que no revelara un encuentro sexual entre ambos.

A su salida de la Corte, Trump reiteró lo que dijo a lo largo de las cinco semanas que duró el juicio: que se trató de un proceso amañado, que el juez Merchan es corrupto y que todo el proceso fue orquestado desde la Casa Blanca por consigna del presidente Biden.

Para efectos prácticos, sin embargo, Donald Trump es hoy un delincuente convicto. De acuerdo con las reglas del sistema legal estadounidense, fue encontrado culpable de todos los cargos que se le imputaron, por un jurado civil integrado por ciudadanos ordinarios.

Pero las circunstancias personales de Trump hacen de este caso uno que tiene, sobre todo, implicaciones políticas, pues él es el virtual candidato republicano a la presidencia y, de acuerdo con la legislación electoral norteamericana, ni siquiera el hecho de que el próximo 11 de julio -fecha establecida para que se dicte sentencia en su contra- sea condenado a prisión impediría que compita.

Un hecho singular, difundido por el prestigioso diario The New York Times, da cuenta de la polarización que este juicio está generando en el electorado de los Estados Unidos: tras conocerse el fallo, el equipo de campaña de Trump lanzó una campaña de recolección de fondos y el sitio web a través del cual se realizan las donaciones colapsó ante el alud de personas que decidieron responder a la convocatoria.

¿Resistirán los sistemas de justicia y electoral del vecino país la crisis en la cual les está colocando este caso? Resulta difícil adelantarlo, pero poca duda cabe que Trump y sus partidarios no están dispuestos a bajar los brazos y seguirán tensando la cuerda.

El asunto seguirá generando polémica y el mundo entero debe seguir con atención el desarrollo de los acontecimientos pues, aun cuando se trate de un asunto doméstico, las reverberaciones de la decisión tomada ayer, así como de sus consecuencias, pueden tener importantes efectos más allá de las fronteras de Estados Unidos.