Elección judicial: Jugar a ser Pitágoras y ¿votar números?

Opinión
/ 8 mayo 2025

Salvo las personas que irán con el acordeón que le facilitarán los partidos, sindicatos o gobierno, la elección judicial es una tómbola de números. ¿Ese es el gran cambio democrático?

Conforme avanza la elección judicial en el país, la ciudadanía interesada en participar con su voto para elegir a las personas juzgadoras comienza a tomar conciencia de la dificultad de ejercer este nuevo derecho político: diferentes cargos, diferentes listas, diferentes colores, diferentes números. No es fácil.

Si nos tomamos en serio el significado del derecho al sufragio libre, directo y secreto, resulta difícil entender que el próximo 1 de junio la ciudadanía mexicana irá a las urnas para renovar en forma democrática el Poder Judicial.

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No creo que nadie piense genuinamente que irá a votar en una elección democrática. Es imposible. Las reglas impuestas para la elección judicial no son democráticas, ni en su forma ni en su contenido. No hay garantías para una elección libre.

Es un juego diferente. Es un régimen electoral arbitrario e ilógico. Planteo una hipótesis: lo que realmente se juega en esta elección judicial es un acertijo en donde el elector, salvo que lleve un acordeón, tendrá que resolver en la casilla un enigma matemático: escoger números, sin sentido.

En efecto, por las reglas actuales, sufragar es un desorden matemático. Para poder votar, la ciudadanía en realidad tendrá que ir con una preforma que llenará en la casilla. Eso será, seguramente, la regla, con los márgenes de error que se expliquen matemáticamente. De otra forma, el elector tendrá de 5 a 8 minutos en la casilla para jugar (acertar o errar) con los números que tenga que asociar, memorizar, adivinar o identificar para expresar una voluntad pitagórica: los números juegan arbitrariamente. A jugar, pues, a los números en la casilla.

ELECCIÓN PITAGÓRICA

La Escuela Pitagórica es un movimiento filosófico-religioso del siglo 6 a.C que cree que todas las cosas son, en esencia, números. Sin ellos, no podemos darle valor a la realidad.

Los días son números. Las fechas son números. Las horas son números. Los años son números. Bajo la concepción de Pitágoras, el tiempo en que sucede la vida se explica, pues, con los números.

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Hoy, en las elecciones judiciales federales, las personas candidatas son un número más. ¿Las elecciones se definirán por los números?

Siguiendo la idea pitagórica, el INE (inconscientemente) determinó (imprudencialmente) que el voto que la ciudadanía deposite en las elecciones judiciales federales se marcará con el número que le corresponda en la lista de las candidaturas, por razón alfabética.

1, 2, 3... serán las marcas que le darán valor a quien será electo para ejercer la labor jurisdiccional. Las personas candidatas serán un número más. ¿Qué significa esta nueva forma de votar?

Si las personas somos cosas, la doctrina pitagórica tiene razón: somos un número más que es objeto de apropiación en el tiempo. Si, por el contrario, las personas no somos cosas, entonces el número es una marca indigna porque, como dijera Kant, las personas no pueden ser representadas por un número.

Esta disyuntiva se explica, por tanto, si somos pitagóricos o kantianos. Veamos:

Las personas tenemos derecho a la identidad. La manera en que nos conocemos es con un nombre que nos permite ejercer nuestro ámbito de autonomía personal. Desde que nacemos hasta que fallecemos, tenemos el derecho a ser nombrados por nuestra identidad. No es común, por tanto, que nos identifiquen con números.

En Auschwitz, por ejemplo, se les ponía en el uniforme un número de serie para identificar a los prisioneros. En la cárcel, las personas suelen identificarse con un número. Cuando ganamos algo en una rifa, los números nos identifican.

Pero para ejercer nuestros derechos, los números son indignos porque no permiten que se nos conozca nuestra identidad: lo que somos como personas.

ORÁCULO DE LA JUSTICIA

Salvo las personas que irán con el acordeón que les facilitarán los partidos, sindicatos o gobierno, la elección judicial es una tómbola de números. ¿Ese es el gran cambio democrático?

En la casilla, el elector consultará al dios Pitágoras con una simple oración: Ave María, ¡dame puntería! Ave María, ¡dame sabiduría!

Si con todo esto nos damos mejores personas juzgadoras, creo que Pitágoras tendrá que ser estudiado seriamente en la nueva Teoría del Derecho.

@LERiosVega

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Nació en Saltillo, Coahuila (1971). Es Doctor en Estudios Avanzados en Derechos Humanos por la Universidad Carlos III de Madrid. Es autor, editor y coordinador de diferentes libros, monografías y artículos de derechos humanos. Fundador de la Academia Interamericana de Derechos Humanos de la Universidad Autónoma de Coahuila. Fue Presidente-Fundador de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas de Coahuila. Fue Director de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Autónoma de Coahuila.

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