ELEVADOS PRECIOS CON DINERO CARO

Opinión
/ 4 septiembre 2022
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Todo indica que el mundo deberá acostumbrarse a dinero caro con precios altos, lo cual no es nada alentador para las necesidades de crecimiento y de empleo en ascenso que se demanda mundialmente año a año. Este es el tema de análisis que prevalece entre los analistas de la economía.

Las causas del aumento generalizado de precios de bienes y servicios tienen origen en oferta agregada o en demanda agregada, o una combinación de ambas: déficit fiscal con aumento de dinero circulante sin incrementos en productividad, demanda; reducción de tasa de interés pasiva -al ahorro- con efecto en tasa de interés activa -al crédito- que aumenta oferta monetaria, oferta y demanda; depreciación de paridad cambiaria de moneda local con dólar o euro, lo cual encarece productos importados para producción, oferta; escasez provocada por siniestros naturales, conflictos bélicos o crimen organizado, oferta.

Históricamente han sido pocos los periodos de escasez por contingencias generalizadas y conflictos con alto impacto negativo, como pandemias en la edad media en Europa continental, las dos guerras mundiales del siglo XX, o la reconstrucción de países de la ex-Unión Soviética en los años noventa y primeros del presente siglo.

Pero, hoy por hoy, desde la oferta agregada la sociedad global enfrenta insuficiencia de productos necesarios y, por tanto, a nivel mundial aumento generalizado de precios.

La reciente pandemia contuvo las cadenas de producción y distribución en el mundo, provocando insolvencia en la oferta e inflación global, pero en la reconstrucción de dichas cadenas de valor se hizo presente la estrategia militar de Rusia en Ucrania para apoyar la independencia de las Repúblicas Populares de Donetsk y Luhansk en el oriente del país eslavo, lo cual generó el incremento de precios de energéticos (gas y petróleo) y de granos (del total mundial, 30% de trigo, 30% de cebada y 75% de aceite de girasol se produce en estos países). Inflación actual causada desde la oferta.

Como en México, para contener la escalada inflacionaria sin afectar la recuperación económica, en los países se aplican acciones de política fiscal en el gasto público, pero, sobre todo, con decisiones de los bancos centrales al elevar periódicamente tasas de interés (México con 8.5% anual de referencia) para reducir dinero crediticio y, por tanto, contener la demanda y la inflación, previsiblemente con afectaciones a ganancias de capital esperadas.

Equilibrio difícil de lograr, por una parte, con gasto público impulsar crecimiento y generación de empleos, pero contrariamente al mismo tiempo contener la adquisición de requerimientos para inversión y consumo, lo que afecta negativamente el crecimiento económico. Situación económica atípica que no se experimentaba desde hace muchas décadas.

Uno de los problemas de está realidad es que el aumento de tasas no tiene efecto positivo directo en el corto plazo, puesto que el origen de la inflación es desde la oferta, por escasez, y no desde la demanda por exceso de dinero circulante.

Además, Estados Unidos y sus sumisos aliados europeos sostienen el conflicto con miles de millones de dólares en armas para que, supuestamente, Ucrania gane la guerra, que es muy poco probable; pero su objetivo principal es extender la confrontación para colapsar económica y militarmente a Rusia, con la consecuente caída del gobierno de Vladimir Putin y así desarticular su alianza geoestratégica con China y otras naciones de Asia y África.

Por lo anterior, aún que pueda desacelerar el ritmo de crecimiento de precios, éstos no retornarán en el mediano plazo a niveles prepandemia, de ahí que, por al menos un año más, el dinero crediticio permanecerá oneroso.

Posterior a la pandemia, la guerra permanecerá y con esto a nivel global continuarán alta inflación y elevadas tasas de interés, con probable recesión económica mundial, lo cual tiene sin cuidado al decaído imperio norteamericano y a la dócil Europa occidental.

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