Ética de la manifestación

Opinión
/ 10 junio 2023
true

Es gran cosa que se pueda manifestar.

Habrá ciudades que tengan ya las avenidas o bulevares especializados para eso. Con suficiente amplitud. Con oportunidades de descanso, refección e hidratación, y sanitarios, con escalones y estrado y hasta con facilidades de tecnología acústica y transmisiones de control remoto. Y, claro, todo lo necesario para desplazamiento de cámaras. Puede haber barda multiusos, siempre renovables para pintas eventuales.

Podrá separarse el tiempo y la hora necesarios para evitar confusiones y coincidencias.

Así no se bloquea tránsito. No se dañan edificios. No son necesarias bardas metálicas de protección. No hay vidrios quebrados ni despachos tomados. Los comercios siguen funcionando sin riesgos.

Todo puede ser llevado a las pantallas de teléfonos celulares, tabletas y televisoras de todos los usuarios.

Así puede haber una ética de la manifestación. Todas las manifestaciones podrían ser virtuosas y no viciosas sin perder su fuerza denunciadora y su dinamismo de protesta y hasta de indignación, solo es tener un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar.

MOVILIDAD EVOLUTIVA

El pie, las piernas, la carrera. Ha sido la movilidad del pueblo rarámuri en las montañas tarahumaras. Con una celeridad descalza que llegó a premios olímpicos.

Luego el uso de las mulas de carga, de los caballos que tiran de carruajes, diligencias y carretas. Llega el vapor como fuerza impulsora de ruedas sobre rieles y de naves en el mar, y después la explosión controlada de la gasolina y sus derivados y del gas.

Ahora, la creciente modernidad del impulso eléctrico y los ensayos ya del hidrógeno y experimentos con la energía nuclear. Más aprisa, más alto, más fuerte, sigue siendo trilogía inspiradora para querer intentar, por caminos cuánticos, la transportación inmediata de realidades enlazadas, sin importar distancias.

La fe nos dice que el cuerpo resucitado, además de tener inmortalidad e impasibilidad (que suprimen muerte y dolor), tendrá también el don de sutileza por el que atraviesa sólidos sin dificultad y tendrá también la agilidad. Con un solo acto de voluntad podrá trasladarse, del huerto al cenáculo, del lago a la montaña.

Por ahora los vuelos supersónicos y los trenes bala están en la cresta de la ola de la velocidad creciente de transportación humana. Sin tanta ambición, se habla acá de próximos vuelos baratos en una posible Aero-maya, sucesora de Mexicana de Aviación. Y las redes han logrado la inmediatez de la comunicación transoceánica, en imagen parlante. Por ello pueden tenerse reuniones internacionales de presencia virtual, con solo el click que hace innecesario el trámite de viajar.

COMPROMISO DE RECTITUD

Todo nuevo régimen, toda gubernatura que se estrena, todo equipo más o menos heterogéneo de servicio a la comunidad empieza con una promesa solemne de poner el interés comunitario por encima de todos los demás. Es la aceptación del mandato de una comunidad que puede felicitar o reclamar y demandar.

El compromiso de todos los colaboradores se ha de parecer también a un juramento de actuar con rectitud, con transparencia, sin avaricia que intente corrupciones. No buscar enriquecerse sino buscar, desinteresadamente, el bienestar de todos, cumpliendo el mandato recibido...

Temas


Columna: Claraboya. El autor de Claraboya, quien ha escrito para Vanguardia desde hace más de 25 años, intenta apegarse a la definición de esa palabra para tratar de ser una luz que se filtra en los asuntos diarios de la comunidad local, nacional y del mundo. Escrita por Luferni, que no es un seudónimo sino un acróstico, esta colaboración forma ya parte del sello y estilo de este medio de comunicación.

COMENTARIOS