Expectativas

Opinión
/ 30 septiembre 2024

En caso de que resultara ganador Andrés Manuel López Obrador en las elecciones de 2018, “comprar dólares” aconsejaban comentócratas y analistas destacados. En seis años de gobierno el peso no se depreció y, aún con los estragos de la pandemia en 2019-2021, la economía tiene rumbo.

Mayúsculo fue y es el reto para corregir estragos heredados de más de tres décadas de modelo económico neoliberal: despilfarro en el gasto público; privatizaciones amañadas para favorecer sobre todo al capital extranjero; rescates financieros, carreteros y de más; Pemex y CFE casi llevadas a la quiebra; corrupción galopante en la administración pública; salarios contraídos en más de 65%; aumento de pobreza y migración; represión; escalada del crimen organizado; entre otros.

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En seis años, un día sí y otro también -hasta hoy- medios masivos de comunicación internacionales, nacionales y locales, académicos, políticos, la farándula, la Iglesia católica, despotricaban histéricamente contra toda decisión del Poder Ejecutivo y del Poder Legislativo con mayoría de centro izquierda. Muchos intereses de poderosos grupos económicos y políticos se afectaron en el sexenio que hoy concluye.

Difusión masiva de mentiras, difamación, información inducida, montajes, afirmaciones sin pruebas ni sustento, con la finalidad de desacreditar al Gobierno Federal y la figura presidencial; estrategia fallida porque López Obrador concluye su gobierno con más de 75% de aprobación.

Combatir corrupción, optimización del gasto federal, abatir la pobreza, fueron ejes del gobierno de la Cuarta Transformación (“de quinta” o “cuarta deformación” diría la derecha), como estrategia keynesiana para impulsar la demanda agregada y fortalecer el mercado interno, además, la renegociación soberana del acuerdo de trilateral de libre comercio. Y las estrategias para dinamizar la economía y redistribuir la riqueza: austeridad republicana; rescate de paraestatales energéticas; construcción de infraestructura productiva y obras comunitarias; aumento del salario mínimo referencial; amplios programas sociales; beneficios para vivienda popular; entre otras.

Según el Banco Mundial, 9.6 millones de personas superaron su condición de pobreza y la diferencia de ingreso entre ricos y pobres disminuyó de 35 a 15 veces. De 35 millones de hogares, 30 millones reciben apoyos directos: 12 millones de adultos mayores reciben pensión de 6 mil pesos bimestrales; 1.5 millones de personas con discapacidad reciben 3 mil pesos bimestrales; apoyos a 262 mil madres solteras; 11 millones de becas para estudiantes de educación básica; más de seis millones de estudiantes de familias pobres reciben becas, de bachillerato y nivel superior, la deserción se redujo en 20% promedio; 3 millones de jóvenes recibieron beca de trabajo por un año para su primer empleo; 440 mil trabajadores beneficiados que sembraron 1.2 millones de árboles. Justicia social e impulso económico “desde abajo”.

Cifras oficiales muestran inversión directa nacional y extranjera al alza, igualmente recaudación y empleo, dinámico comercio exterior, sólidas reservas internacionales en 227 mil millones de dólares, tipo de cambio en rangos aceptables, deuda pública y déficit público manejables, nivel de precios no disparado, tasa de interés precautoria, que son variables positivas para la estabilidad económica.

Aún con reducido crecimiento económico en 1.3% promedio sexenal, es evidente el desarrollo social. Al modificar favorablemente las variables sociales y económicas, los principales delitos en el país ya no tienen tendencia estadística al alza, sino horizontal y, en su mayoría, con tendencia negativa.

Con cambios jurídicos constitucionales para modificar la relación Estado-sociedad (como el poder Judicial), progresiva y paulatinamente se construye un nuevo régimen político, con oposición y resistencia de poderosos grupos de interés económico y político.

Para el gobierno de Claudia Sheinbaum los desafíos son considerables: enfrentar la incertidumbre global, renegociación del T-MEC, reducir la pobreza extrema, ampliación de los servicios de salud, eficiencia administrativa, impulsar energías limpias, soberanía alimentaria y energética, continuar el combate a la corrupción, seguir dignificando a las fuerzas armadas, localización de desaparecidos, garantizar la seguridad.Positivamente se han establecido las bases de continuidad en la transformación de México. Se percibe optimismo, las expectativas son positivas.

Muchos años de lucha contra todo y contra todos... Peje... gracias.

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