Favor que les hacen: La 4T acredita a la oposición una convocatoria de la que carece

Opinión
/ 26 noviembre 2025

En las dificultades que encara el gobierno por el creciente descontento, llama la atención que remita a la oposición como responsable de lo que acontece... ¡Como si tuviera tal capacidad de movilización!

Muy desalentador debe resultar el paisaje político nacional por el estado de la oposición. La resistencia al gobierno o al régimen –que no es lo mismo– en democracia es natural e inevitable, o hasta útil para unos y otros, en el sentido de que canaliza el conflicto, abre espacios al escrutinio social y en sus efectos modera los excesos o abusos del poder. Un mal gobierno casi siempre se acompaña de una oposición ausente o marginal.

La oposición no es menor, pero está fragmentada y no ha tenido mayor presencia en el debate público. En la elección pasada obtuvo en su conjunto más de 40 por ciento de los votos, lo mismo que Morena sin sus aliados del PVEM y PT. Del saldo, lo más lamentable es el deterioro del PRI, cuyos dirigentes aspiran a mantener un partido que ven como propio y les basta con el 3 por ciento de los votos; lo mejor del tricolor ha sido excluido o expulsado porque, para quienes allí mandan, ese es el enemigo. Empero, hay espacios de oportunidad y fortaleza, cada vez más estrechos, pero no soslayables, como los estados que ya gobierna; además, en 2027 podría ganar Nuevo León, y desde ahora Alessandra Rojo de la Vega se erige como opción en la CDMX.

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El PAN vive su peor momento, no por los resultados electorales, sino por la incapacidad de la dirigencia para entender las debilidades y las fortalezas del partido. La soberbia y la ignorancia en el poder hacen daño, en la oposición son fatales. Al PAN le esperan buenos resultados a pesar de su dirigencia nacional. Para 2027 puede retener lo que tiene y ser factor de triunfo en Nuevo León, Zacatecas, Campeche y Michoacán en alianza con otras fuerzas. Después de Morena será el partido con el mayor número de triunfos distritales si prevalece una visión pragmática con miras a la elección.

En el balance, Movimiento Ciudadano (MC) es el que sale mejor librado. No es una hazaña, los errores son muchos y varios de sus personajes son indefendibles, pero al menos ha prevalecido un sentido político que les ha permitido mantener territorios y crecer en votos. Todo un reto en NL con un gobernador locuaz, frívolo y vulnerable; de él se puede esperar todo, incluso propiciar el triunfo de Morena, que representaría un logro significativo y una derrota ominosa para la oposición. El regreso de Dante Delgado puede imponer orden y una mayor racionalidad a los desafíos inmediatos del partido.

En las dificultades que encara el gobierno por el creciente descontento, llama la atención que remita a la oposición como responsable de lo que acontece. Favor que le hace, como si tuviera tal capacidad de movilización. No es el caso, incluso hasta ha sido marginal o confusa, producto del miedo que les impone el régimen. En otras condiciones estarían expresando su respaldo abierto a quienes salen a la calle a manifestar el descontento. Tal parece que la oposición institucional tiene tanto miedo de la protesta social como el mismo régimen, porque ambos la ven como poderosa competencia.

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Favor que le hace a la oposición la presidenta Sheinbaum y su secretaria de gobernación, Rosa Icela Rodríguez: le acreditan una convocatoria de la que carece. El problema de la gobernabilidad es considerablemente más grave que el desafío de la elección de 2027. A la secretaria no debiera preocuparle la identidad o afinidad partidista de los inconformes, ni siquiera, al menos por el momento, los antecedentes penales por actuar en otros eventos semejantes. La inconformidad es la génesis del problema y no atenderla puede hacerla desbordar y volverla inmanejable, porque son ya demasiados sin casi nada por perder y, por lo mismo, dispuestos a todo.

Criminalizar la protesta no es opción, porque la razón del descontento es la impunidad, la incapacidad de las autoridades para aplicar la ley y llevar a los extorsionadores a la justicia. No deja de sorprender que quienes hoy gobiernan, formados en la protesta social, se muestren incapaces de entender qué sucede y recurran a las mismas prácticas de intimidación de las autoridades del pasado. La miopía de quien gobierna y la desesperación de quien protesta son una preocupante combinación, una invitación a la violencia y al peor de los desenlaces posibles a partir del caos que se genera. Efectivamente, hay peores escenarios que el perder una elección.

Licenciado en Derecho Facultad de Jurisprudencia UAC. Maestría y Estudios de Doctorado en Gobierno por la Universidad de Essex, Inglaterra.

Ha sido Catedrático en el ITAM; en el ITESM; en el CIDE; y en la Universidad Anáhuac.

En 1997 a 2000 titular de la Asesoría Política en la Presidencia del doctor Ernesto Zedillo.

Desde 2005 director general del Gabinete de Comunicación Estratégica

Columnista Juego de Espejos en Milenio Diario, Bloomberg-El Financiero y en SDP Noticias, Código Libre y en la Revista Peninsular. Coautor de varios textos en materia electoral y estudios históricos.

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