Ferrocarril: debemos de identificar oportunidades
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El proyecto del nuevo ferrocarril de pasajeros debe servir para detonar múltiples proyectos de beneficio colectivo en la Región que las autoridades locales deben visualizar
Los proyectos de infraestructura que implican grandes inversiones deben construirse en detonantes del desarrollo regional y local. En esta clasificación se ubica el que actualmente se impulsa desde el Gobierno de la República e implica reinstaurar el tren de pasajeros en nuestra región.
No se trata solamente de que las personas tengamos una nueva opción de traslado entre ciudades, e incluso dentro de las zonas metropolitanas como la que conforman Saltillo, Ramos Arizpe y Arteaga. Se trata de que estos proyectos detonen otros aspectos de la vida comunitaria.
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En otras palabras, un gran proyecto de infraestructura como es el tren de pasajeros no solamente debe orientarse a diversificar la movilidad sino que debe alzarse como un detonante de la economía regional.
El comentario viene al caso a propósito del reporte que publicamos en esta edición, relativo a la autorización, por parte del Cabildo de Saltillo, de un nuevo desarrollo habitacional en una de las áreas del Centro Histórico de la capital coahuilense.
“Villas Alameda” será el nombre de este proyecto, el cual se ubicará a un par de cuadras de la Alameda Zaragoza, en las inmediaciones de la estación ferroviaria.
Dicha zona, como es fácil adelantar, será una que cobrará un gran dinamismo una vez que los trabajos de construcción de la nueva ruta del tren de pasajeros concluyan. Sin duda es relevante que quienes tienen la responsabilidad de planear el desarrollo de la ciudad “se adelanten” a los acontecimientos.
Es preciso, desde luego, que desarrollos de este tipo se proyecten de forma que no repitan los errores que tantas veces en el pasado se han cometido en materia de desarrollo urbano.
Deben por ello ser proyectos equilibrados que dignifiquen la zona, pero que también se conviertan en espacios que mejoren el nivel de vida de los habitantes, al tiempo que sacan provecho del dinamismo económico que impulsará el proyecto ferroviario.
Valdrá la pena en ese sentido que el Cabildo Municipal, órgano responsable del gobierno de la ciudad, se comprometa a establecer directrices suficientes para evitar que, a la vuelta de los años, estemos reseñando nuevos problemas derivados de la imprevisión del presente.
Para decirlo más claro: este tipo de proyectos no pueden ser vistos solamente como una nueva oportunidad de negocios -orientada solamente a la obtención de ganancias económicas- por parte de quienes tienen los recursos para reinvertir en ellos en este momento.
Cabría esperar por ello que quienes hoy integran el cuerpo colegiado que gobierna la ciudad asuman el reto de visualizar el futuro a partir de los mejores criterios técnicos y se empeñen, a partir de ello, en que este proyecto se convierta en un referente de buenas decisiones tomadas para construir un futuro colectivo mejor.