Francisco Zarco y las polémicas actuales

Opinión
/ 21 julio 2024

Francisco Zarco, duranguense, con sólo la educación primaria, destacó por su inteligencia, honestidad y compromiso con el país. Hablaba cuatro lenguas y llegó a publicar en los Estados Unidos textos en inglés. Por desgracia murió muy joven. Era un cercano admirador de Juárez, pero más que un propagandista, un analista político de su actuar, en momentos censor. Cuando Juárez regresó a México, en 1867, lanzó la Convocatoria para la elección de los supremos poderes. Espero que el lector advierta el plural: y esos poderes son tres, y Zarco pensaba que el pueblo estaba preparado (¡imagínese, hace ya 160 años!) para votar y escoger a quienes lo representarían y lo gobernarían, el ejecutivo, el legislativo y el judicial. Ese sería el inicio de un país ejemplar.

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Zarco, claramente, estaba influido por Alexis de Tocqueville, “La democracia en América”, y por otros grandes de la época, franceses, en especial. Así que, la discusión actual sobre la elección de los jueces y magistrados ya la había promovido este gran mexicano, con fuerza. Afirmó en un escrito que “cuando las autoridades de todas las categorías den el ejemplo de la sumisión a la ley, todos los derechos estarán protegidos”. Y dos años más tarde: “Siempre la infracción de la ley comenzó con los gobernantes”: todo un profeta.

Por su parte, los juicios por jurados favorecerían, según Zarco, el desarrollo “por completo del sistema republicano”, ya que al mismo tiempo que eran “garantía de la libertad individual”, permitían la participación de la ciudadanía también en el poder Judicial y demostraban que ésta no se encontraba en esa eterna minoría de edad en la que querían encasillarla los partidarios del orden administrativo, sino que tenía las aptitudes suficientes para llevar a cabo una labor tan compleja como la impartición de justicia.

Encontré en librería sólo dos libros de Zarco (¡se han publicado 20!), uno la antología que cito y el otro sobre la libertad de expresión y de prensa. Parece increíble que estuviese tan avanzado en sus conceptos. Escribió centenares de artículos, sobre todo en “El siglo XIX”, entre 1867 y 69. Quiero añadir que publicó incluso en el periódico saltillense “Acción”, muy ignorado, pero golpeado por los políticos, y Zarco salió en su defensa. ¿No le parece grandioso? La lucha por la libertad de prensa a mitades del siglo 19, algo que todavía no logramos imponer o aceptar. Zarco pensaba, figúrese usted, que cuando todos los mexicanos hicieran la escuela primaria, México sería libre. Sin duda se basaba en su experiencia: él nunca pasó de primaria, pero era uno de los grandes expertos en la legislación mexicana.

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Así que muchos periodistas, políticos, diputados y ministros actuales andan extraviados y me atrevo a decir que de Zarco ni su existencia conocen (quizá exagero, alguna vez han transitado por la calle Zarco u oído hablar de la Sociedad Zarco de Artesanos, más vieja que un siglo). Pero de leerlo ni por casualidad.

Debo declarar, como acostumbro, las influencias de mi texto: el excelente artículo de Lara Campos, “Imperio de la Ley, Libertad y Democracia. El Pensamiento Político de don Francisco Zarco”, en la revista científica Tzintzuntzan; el libro F. Zarco, “Odiseo del Diario Acontecer”, FCE, 2016, y su obra sobre la libertad de expresión escrita.

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