Frenar la vida

Opinión
/ 29 agosto 2022
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Un regalo útil y gratuito que podemos darnos a nosotros mismos es, precisamente, detenernos

Se considera a la reflexión como el acto voluntario de meditar sobre hechos y circunstancias con la intención de obtener conclusiones y una visión más completa sobre esas situaciones, y entonces tomar decisiones sobre el rumbo a seguir y reforzar o cambiar el comportamiento personal.

La reflexión estimula la imaginación y tiene una evidente conexión con la capacidad de comprender el mundo exterior, también nos aproxima a lo máximo que podemos llegar a ser como personas. Parar y pensar, de tiempo en tiempo, nos ayuda a enfrentar la incertidumbre, encontrar soluciones a los problemas y potenciar los talentos personales.

Las personas reflexivas aprenden continuamente, tienden a conservar la calma y serenar el alma; ellas se adaptan con mayor facilidad a las cambiantes e inesperadas circunstancias, reforzando la confianza en sí mismas.

Indudablemente, reflexionar cotidianamente ayuda a encontrar la paz interior y cambiar lo que no nos gusta de nosotros mismos.

En este contexto, he seleccionado distintos pensamientos que invitan a reflexionar:

Empiezo con un famoso escrito llamado “Desiderata” (palabra latina que significa “cosas que se desean” y que he tomado prestada para el título de esta entrega) cuyo origen está rodeado de misterio. Se dice que se encontró en una pared de un monasterio o templo en Inglaterra, otras fuentes lo atribuyen a Max Ehrmann (1872-1945), abogado y filósofo estadounidense. Lo interesante es leerlo por su belleza, sencillez y profundidad:

“Camina plácidamente entre el ruido y la prisa, y recuerda la paz que puede haber en el silencio. En la medida de lo posible y sin traicionarte procura vivir en buenos términos con todo aquel que te rodea. Di tu verdad tranquila y claramente; y escucha a los demás, incluso al aburrido y al ignorante; ellos también tienen una historia que contar.

Evita a los ruidosos y a los agresivos, ellos afligen al espíritu. Si te comparas con otras personas, puedes tornarte vanidoso y amargo; porque siempre habrá personas más grandes y más pequeñas que tú. Disfruta de tus logros y también de tus planes.

Mantén el interés en tu propia carrera, por humilde que sea; es una verdadera posesión en las cambiantes fortunas del tiempo. Sé cuidadoso en los negocios; pues el mundo está lleno de trampas. Pero no dejes que esto te ciegue a la virtud del mundo; muchas personas luchan por grandes ideales; y en todas partes la vida está llena de heroísmo.

Sé tú mismo. En especial, no finjas afecto. Tampoco seas cínico ante el amor; porque frente a la aridez y al desencanto, el amor es perenne como la hierba.

Toma con serenidad el consejo de los años y acátalo dócilmente, abandonando con donaires las cosas de juventud. Nutre la fuerza del espíritu para protegerte de las desgracias inesperadas, pero no te crees falsos fantasmas. Muchos miedos nacen de la fatiga y la soledad. Sin olvidar una justa disciplina, sé amable contigo mismo.

Eres un hijo del Universo, no menos que los árboles y las estrellas; tienes derecho a estar aquí. Y no importa si te resulta evidente o no, no hay duda de que el Universo se está desarrollando como debe.

Por ello procura estar en paz con Dios, de la manera en que lo concibas, y cualesquiera sean tus trabajos y aspiraciones, mantén la paz en tu espíritu en la ruidosa confusión de la vida.

A pesar del trabajo duro, las falsas esperanzas y los sueños rotos, este sigue siendo un mundo hermoso. Procura estar alegre. Lucha por ser feliz”.

MIENTRAS...

Tal vez las nuevas generaciones desconozcan al destacado actor de origen mexicano Ricardo Montalbán, quien a nivel mundial fue muy conocido por la famosísima serie televisiva “La isla de la fantasía” (Fantasy Island, 1978-1984) y que además en Hollywood se le reconoce por el apoyo que brinda a los actores de origen latino. Este actor también es célebre por la siguiente carta.

“Querido hijo: Mientras vivas en esta casa, obedecerás las reglas. Cuando tengas tu casa establecerás tus propias reglas. Aquí no gobierna la democracia. No hice campaña electoral para ser tu padre, tú no votaste por mí. Somos padre e hijo por la gracia de Dios, y yo acepto respetuosamente el privilegio y la responsabilidad, pero entiende esto: no soy tu cuate. Nuestras edades son diferentes.

Podemos compartir muchas cosas, pero soy tu padre y eso es cien veces mejor que un cuate. También soy tu amigo, pero estamos en niveles completamente distintos.

En esta casa harás lo que yo digo y no debes cuestionarme, porque todo lo que yo ordene está movido por el amor... Te resultará difícil comprenderlo hasta que tengas un hijo. Mientras tanto, por favor, confía en mí”.

NO TE DETENGAS

La Madre Teresa solía decir: “Siempre ten presente que la piel se arruga, el pelo se vuelve blanco, los días se convierten en años, pero lo importante no cambia, tu fuerza y tu convicción no tienen edad, tu espíritu es el plumero de cualquier tela de araña.

Detrás de cada línea de llegada hay una de partida, detrás de cada logro hay otro desafío.

Mientras estés vivo, si extrañas lo que hacías, vuelve a hacerlo, no vivas de fotos amarillas.

Aunque todos esperen que abandones, tú nunca dejes que se oxide el hierro que hay en ti.

Haz que en vez de lástima te tengan respeto. Y, por último, cuando por los años no puedas correr, trota; cuando no puedas trotar, camina; cuando no puedas caminar usa el bastón ¡Pero nunca te detengas!”.

VIDA HUMANA

Fernando Savater en el libro “Ética para Amador” comenta:

“Quieres darte la buena vida: estupendo. Pero también quieres que esa buena vida no sea la buena vida de una coliflor o de un escarabajo, sino una buena vida humana. Es lo que te corresponde, creo yo. Y estoy seguro de que a ello no renunciarías por nada del mundo. Ser humano consiste principalmente en tener relaciones con los otros seres humanos.

Precisamente la gracia de todas esas cosas estriba en que te permiten relacionarte más favorablemente con los demás. Por medio del dinero se espera poder deslumbrar o comprar a los otros; las ropas son para gustarles o para que nos envidien, y lo mismo la buena casa, los mejores vinos, etcétera. Muy pocas cosas conservan su gracia en la soledad; y si la soledad es completa y definitiva, todas las cosas se amargan irremediablemente. La buena vida humana es buena vida entre seres humanos o de lo contrario puede que sea vida, pero no será ni buena ni humana”.

SUPERACIÓN...

Finalmente comparto un fragmento del estupendo libro “La Resistencia” de Ernesto Sabato:

“Los hombres encuentran en las mismas crisis la fuerza para su superación. Así lo han mostrado tantos hombres y mujeres que, con el único recurso de la tenacidad y el valor, lucharon y vencieron a las sangrientas tiranías de nuestro continente. El ser humano sabe hacer de los obstáculos nuevos caminos porque a la vida le basta el espacio de una grieta para renacer. En esta tarea lo primordial es negarse a asfixiar cuanto de vida podamos alumbrar. Defender, como lo han hecho heroicamente los pueblos ocupados, la tradición que nos dice cuánto de sagrado tiene el hombre. No permitir que se nos desperdicie la gracia de los pequeños momentos de libertad que podemos gozar: una mesa compartida con gente que queremos, unas criaturas a las que demos amparo, una caminata entre los árboles, la gratitud de un abrazo. Un acto de arrojo como saltar de una casa en llamas. Estos no son hechos racionales, pero no es importante que lo sean, nos salvaremos por los efectos.

El mundo nada puede contra un hombre que canta en la miseria”.

GRATUITO

El inconmensurable valor de la reflexión reside en recordar las palabras dichas y pensar, con la distancia del tiempo, las conductas personales, facilitando el arrepentimiento por haber actuado de cierta manera y, así, obtener invaluables aprendizajes que, con el tiempo, se actualizan y transforman en sabiduría.

Por ello, un regalo útil y gratuito que podemos darnos a nosotros mismos es, precisamente, frenar, parar intencionalmente el alocado –y en ocasiones insensato– ritmo de vida, sencillamente para reflexionar, para apreciar lo que tenemos y también, por qué no, aquello que gracias a dios no poseemos.

cgutierrez@tec.mx

Programa Emprendedor

Tec de Monterrey

Campus Saltillo

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