¡Haiga cosas!

Opinión
/ 3 diciembre 2024

‘Hay cosas imposibles que sin embargo suceden’. He aquí algunas de ellas, sacadas de aquí, de allá y de acullá

Decía el eminente filósofo Cuco Sánchez: “Hay cosas imposibles que sin embargo suceden”. He aquí algunas de ellas, sacadas de aquí, de allá y de acullá.

Dos de los más grandes actores de Hollywood murieron de ataques al corazón mientras jugaban póquer. Al Jolson, protagonista de “El Cantante de Jazz”, la primera película sonora en la historia del cine, murió en un cuarto de hotel en San Francisco, California, el 23 de septiembre de 1950. Le había llegado una mano con 4 ases. Por su parte, Buster Keaton, compañero de Chaplin en la película “Candilejas”, cayó al suelo en su casa de Beverly Hills después de ganar una partida en la que estaba apostando esa casa contra la de su vecino, un rico agente de artistas.

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Janis Joplin, cantante norteamericana de rock, murió en 1970 a consecuencia de una sobredosis de heroína. Pocos días antes de morir, la artista añadió una cláusula a su testamento en la cual dejaba 2 mil 500 dólares a un grupo de sus amigos para que con ese dinero se emborracharan cuando ella muriera. La última voluntad de Janis fue cumplida: después de la ceremonia en la cual sus cenizas fueron dispersadas, los amigos de la cantante se entregaron en su memoria a una borrachera que duró cuatro días con sus noches.

El año de 1952 una mujer de Nueva York, de nombre Cristina Sizemore, buscó ayuda psiquiátrica. Había descubierto que estaba viviendo dos vidas muy distintas. Por las mañanas era una mujer ordenada, ama de casa laboriosa y asidua concurrente a su iglesia. Por las noches se transformaba en una aventurera que se vestía y maquillaba escandalosamente, y gustaba del alcohol y los hombres. El psiquiatra que atendió a Cristina logró curarla de esa rara forma de esquizofrenia. El caso fue llevado al cine en la película “Las Tres Caras de Eva”.

James Lews y James Springer, de Ohio, Estados Unidos, son gemelos idénticos que fueron separados poco después de su nacimiento y adoptados por dos matrimonios que vivían en ciudades distantes. Casi 40 años después, los gemelos se reunieron por primera vez en 1995 y descubrieron que medían y pesaban exactamente lo mismo; que los dos se habían casado con sendas mujeres que se llamaban Linda, muy parecidas entre sí. Ambos habían bautizado a sus hijos con los mismos nombres; los dos tenían la misma profesión, disfrutaban el mismo hobbie y vacacionaban en la misma playa de Florida.

En la tarde del 3 de diciembre de 1926, la famosa escritora inglesa de novelas policíacas, Agatha Christie, se enteró de que su esposo había pasado el fin de semana con una amante. En ese momento ella salió de su casa y desapareció. Durante 21 días fue objeto de una de las mayores búsquedas en la historia de Scotland Yard, la policía de Londres, búsqueda a la cual se unieron 15 mil voluntarios. Por fin Agatha Christie fue encontrada en un sitio de descanso en Yorkshire. Víctima de un ataque de amnesia provocado por la noticia de la infidelidad de su marido, la escritora había olvidado quién era.

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El año de 1159, el Papa Adriano IV estaba diciendo un virulento sermón lleno de anatemas contra el emperador Federico Primero. En ese momento un abejorro se le metió por la boca y al parecer se le atoró en la garganta, pues Adriano empezó a tener dificultades para respirar y luego rodó por la escalera y cayó muerto al pie del púlpito. Los partidarios del Papa dijeron que aquel abejorro había sido entrenado por agentes del emperador para causar la muerte del pontífice.

Todo esto parece imposible y, sin embargo, sucedió.

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