Héroes de los tiempos actuales
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Plácido detona que la clave del éxito en gobiernos y empresas, son los más humildes de los funcionarios y empleados
Les platico esto con una deliciosa analogía. ¿Arre? ¡Arre!
En mayo de 1981 me tocó ver a un bailarín ruso ejecutar la única pieza de ballet conocida del Bolero de Maurice Ravel, adaptada para un solista.
Fue en el Festival Cervantino de ese año, cuando dicho evento se realizaba en primavera. Al poco tiempo mudó sus fechas al frío otoño de octubre en Guanajuato.
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Quedé cautivado con la ejecución dancística de ese artista que formaba parte de la Compañía del Bolshoi; su nombre se perdió en mi memoria.
Fue el año que conocí también a Leonard Bernstein en ese mismo festival, pero no quiero desviar mi historia. Prosigamos:
En 1993 me encontré de pronto en una función de gala a la que fui invitado para el estreno de un corto cinematográfico: “Le batteur du Bolero”, algo así como “El Percusionista del Bolero”. Los españoles le llaman a ese puesto en la orquesta, “tamborilero”, debo admitir, por lo que verán en seguida.
Conocí ahí a Patrice Leconte, el director y camarógrafo parisino que tuvo la idea de filmar el cortometraje que acaban ustedes de ver. Patrice tiene hoy 77 años y sigue dando lata en el mundo del cine galo.
Convenció al actor Jacques Villeret -fallecido a sus tempranos 53 años en 2005- para ejecutar el rol de percusionista en esa producción.
El resto de la historia de estos personajes podrán verla en la liga que incluí párrafos arriba.
ANALOGÍA
Dicho esto, paso a platicarles la analogía que se me ocurrió entre esa obra y el trabajo de los gobiernos y las empresas actuales.
Un puesto poco lucidor y humilde en rango como el del percusionista, de pronto se vuelve crucial para darle ritmo al accionar de un presidente, de un gobernador o un alcalde y de un director de empresa.
Igual que dice el corto del Bolero, un funcionario, un empleado de bajo nivel, si está deprimido o se distrae, puede colapsar el trabajo de todo un gobierno o de una empresa.
Esos puestos son los héroes de nuestros tiempos, ignorados y alejados de los reflectores -sin embargo- una falla en sus desempeños laborales puede poner en jaque el éxito de una empresa o de un gobierno.
El director de orquesta pasa a segundo plano si el percusionista equivoca el ritmo o lee mal la partitura.
Lo mismo sucede con quienes ocupan la presidencia, los gobiernos estatales y las alcaldías de México.
Un empleado, un funcionario ignorado puede dar como resultado el fracaso de un proyecto de gobierno o de un negocio.
Pueden hacer que se bambolee el barco, aunque la mar esté calma, y peor aún, si las aguas están agitadas, como es el caso en México.
Ahora, vean esto: el percusionista del video sigue al Bolero, no tanto al director de la orquesta.
En la política y en la empresa, muchas veces el empleado, el funcionario, el directivo, siguen sus planes de trabajo, sin tomar en cuenta las indicaciones del gobernante o del director.
El director de la Orquesta Sinfónica de París, al final del Bolero en este video, pide al público que aplauda a sus músicos, incluyendo -por supuesto- al percusionista, al de la ejecución más rutinaria y quizá más aburrida de todo el elenco de músicos.
¿Serán capaces los gobernantes y directores de empresa, de hacer lo mismo con los más humildes de sus funcionarios y empleados?
CAJÓN DE SASTRE
Mañana, cambio completo de programa, sin faltar el Incomparable Iván y toda la Compañía.
Por lo pronto hoy, disfruten todos de un plácido domingo.