Impulso Educativo Coahuila 2024-2029

El martes pasado asistí a la Gran Sala ubicada en las instalaciones de la UAdeC en Arteaga, para conocer el proyecto educativo 2024-2029 del gobierno estatal; una iniciativa imaginada por el gobernador Manolo Jiménez Salinas y diseñada por el secretario de Educación Pública, Emanuel Garza Fishburn y su equipo.

Este proyecto, nombrado “Impulso Educativo Coahuila”, tiene una clara visión de Estado para impactar las presentes y futuras generaciones de niños y jóvenes coahuilenses de manera significativa. Por ello rompe, bajo el liderazgo de un educador nato como lo es Emanuel, con décadas de una educación politizada y, por lo general, ineficaz e ineficiente en su planeación e implementación.

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Justo es enfatizarlo: los créditos del trabajo educativo de Emanuel son compartidos con el secretario de Gobierno, Óscar Pimentel, quien ha operado de manera exitosa -hasta hoy- el escabroso y, por tanto, delicado tema de la relación con las tres secciones sindicales del magisterio estatal.

Hago un paréntesis, para afirmar la esperanza de un proyecto de esta envergadura a partir del entorno que vive México y la humanidad en este momento de su historia: la educación emocional, espiritual e intelectual de nuestros niños y jóvenes -sin distinción alguna de clases sociales- ha sido tomada por asalto desde las redes sociales por ejércitos de “influencers”, comediantes, artistas y cantantes de rap, trap, reguetón, country, pop, banda y corridos tumbados o bélicos entre otros.

¿Por qué el modelo “Impulso Educativo Coahuila” enarbola esa esperanza con visión de Estado?

Primero: porque involucra a todos los actores fundamentales del proceso educativo en su construcción; niños, jóvenes, maestros, directores de escuelas, padres de familia, integrantes de la estructura de la SEP y de las secciones sindicales y 40 aliados académicos, empresariales y de la sociedad civil a nivel nacional e internacional.

La premisa es una: La educación es una tarea sagrada y, por tanto, es de todos. Por ende, las voces de todos -desde sus corazones e inteligencias- deben ser escuchadas, comprendidas e integradas a esta agenda de transformación educativa.

Dos: porque parte de un diagnóstico que inicia desde la campaña del gobernador para dar rumbo, alineación y continuidad al proyecto educativo estatal.

Tres: porque este diagnóstico permitió diseñar un modelo sistémico con proyectos piloto por instalarse en diez ejes de acción o dimensiones de impacto para impulsar la agenda de transformación. Dichos proyectos serán afinados hasta convertirse en políticas públicas.

Cuatro: porque esos diez ejes iluminan la visión sistémica que integran una visión de Estado. Esas dimensiones, con proyectos piloto y aliados puntuales en cada uno, son:

(1) Contribución de líderes educativos para reforzar la agenda educativa; (2) Aprendizajes esenciales para recuperar los desfases educativos de nuestros niños y jóvenes (incluye el modelo dual). (3) Educación global para aprender inglés en todos los niveles. (4) Educación socioemocional para fortalecer la inteligencia emocional de nuestros niños y jóvenes. (5) Infraestructura educativa para dignificar los espacios educativos. (6) Formación ciudadana para apuntalar la educación cívica y la participación ciudadana. (7) Desarrollo tecnológico para cerrar la brecha digital. (8) Deporte y nutrición para fortalecer hábitos de vida saludable. (9) Equidad educativa para asegurar el acceso a niños y jóvenes en condición vulnerable. Y, (10) fortalecimiento institucional para apuntalar un servicio educativo de calidad.

Cada eje era pieza de un rompecabezas que tenía una estrella al centro. Conforme los ejes eran nombrados sus piezas iban encontrando su lugar, llevadas por las manos de niñas, niños, jóvenes, maestras, maestros, directores, padres de familia y deportistas destacados de cada región de Coahuila; para inflamar así, desde el corazón mismo de la comunidad educativa, la estrella de la esperanza y la transformación educativa de nuestro estado.