Llegó el momento para MJS (II)

Opinión
/ 14 agosto 2024

Con este párrafo cerraba mi anterior entrega editorial: “Llegó el momento para Manolo Jiménez Salinas (MJS); la historia así se lo reclama: debe cruzar el Rubicón para crecer, madurar y fortalecerse en ese riesgo y fundar −desde Coahuila− un partido estatal con miras a ser regional y, eventualmente, nacional”.

Lo complementaba así: Sí MJS acepta la reelección espuria de Alejandro Moreno y decide encerrarse en Coahuila, debilitará su liderazgo nacional y estatal, hasta poner en riesgo el blindaje de la economía y seguridad en Coahuila y perder, de manera progresiva, las tres elecciones venideras ante Morena para entregar nuestro estado en 2029.

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Reitero ese argumento, a contracorriente de la narrativa oficial que insiste en construir una relación cercana entre MJS y Claudia Sheinbaum porque presupone un mejor trato político y presupuestal para Coahuila. Sin importar las turbulencias del PRI nacional.

En términos prácticos, MJS parecería no tener otra opción; los tres diputados federales no son de su redil: Jericó Abramo (PRI), Theodoros Kalionchiz (PAN) y Guillermo Anaya (PAN). Y con el senador Miguel Riquelme, MJS mantiene una relación ríspida, aunque institucional.

Por otro lado, ¿cómo establecer una interlocución confiable con Sheinbaum a través de Alejandro Moreno o Rubén Moreira?

MJS está solo, sin interlocutores confiables con Claudia. De ahí, la insistencia en construir esa narrativa personalista que sería la panacea para resolver temas políticos y presupuestales con Gobierno Federal.

Sin embargo, la pregunta es: ¿cuáles son las posibilidades de éxito para Coahuila, de esa cercanía, a mi parecer forzada, entre MJS y Sheinbaum? Pocas, porque MJS no tiene nada que ofrecerle a Claudia, con excepción de entregarle Coahuila, el último bastión del priismo, a Morena. Esa es su única pieza de cambio. Entonces la relación institucional entre MJS y Sheinbaum no mermará el desdén −político y presupuestal− con el cual la 4T ha mirado Coahuila desde 2018. Los recortes continuarán y las fricciones también, a pesar de ese denodado esfuerzo de la narrativa oficial por insistir en una cercanía entre ambos personajes.

Más allá de la sonrisa, del abrazo y del saludo plasmados en fotografías de oportunidad, Claudia focalizará su mirada y esfuerzo en cuatro temas: Agua Saludable, Pasta de Conchos, AHMSA y asegurar las victorias electorales −en 2026, 2027 y 2029− para sumar Coahuila al proyecto morenista.

Cierto. MJS podrá sugerir la elección del proyecto estratégico que Sheinbaum tiene en mente para cada entidad del país. Inclusive, podrá gestionar recursos para distintos rubros de su proyecto de gobierno. Pero nada más. La relación de MJS con Claudia permanecerá asimétrica, no sólo por cuestiones jerárquicas que son obvias, sino también políticas; un MJS sin diputados federales y, además, arrasados por la sobrerrepresentación; senadores controlados por Alejandro Moreno y Morena creciendo con fuerza electoral consistente en Coahuila desde 2018.

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Esta argumentación refuerza la importancia para MJS de enfrentar el reto que le reclama la historia: fundar −desde Coahuila− un partido estatal con miras a ser regional y, eventualmente, nacional.

Y como líder de ese partido, podría negociar una relación con Sheinbaum de distinto calibre y, por tanto, de diferente respeto y dignidad.

MJS estará solo en su entorno político actual. En Coahuila no.

El tema da para más. Regresaré.

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