Inflación de dos dígitos, ¿cómo vamos a combatirla?
COMPARTIR
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), Coahuila registró el mayor incremento de precios en productos de la canasta básica alimentaria, tan solo por debajo de Oaxaca y Tlaxcala. Adicionalmente, la entidad fue la que registró el tercer incremento más alto en el precio de la leche, uno de los cinco alimentos que más encarecieron la canasta alimentaria en todo el país.
La inflación anual del PACIC (Paquete Contra la Inflación y la Carestía), que mide el comportamiento de los precios de 24 productos de la canasta alimentaria, creció a tasa anual en dos dígitos en todos los estados del país, lo cual implica que la alimentación constituye un objetivo más caro de lograr por parte de la ciudadanía.
Tal realidad implica que el poder adquisitivo de las familias se ha deteriorado de forma importante, lo cual quiere decir que, sin importar lo que el Gobierno de la República está haciendo en materia de transferencias económicas a través de sus programas sociales, todas las familias deben gastar más dinero en adquirir productos básicos.
Que las familias vean mermado su poder adquisitivo constituye un problema de fondo porque no estamos hablando solamente de adquirir los productos esenciales para la alimentación, sino de un espectro mucho más amplio que implica hablar de la calidad de vida de las personas.
Y es que la inflación no es solamente un problema de carestía de los pro-ductos básicos, sino de estabilidad de la economía y por ello es que los precios de los productos esenciales resulta relevante.
En este sentido, el Estado tiene un responsabilidad esencial en el control de los precios a partir de su intervención como regulador del mercado, una tarea que no puede ser soslayada.
Controlar la inflación es una responsabilidad del sector publico y para ello deben diseñarse políticas institucionales orientadas a responder a las vicisitudes del mercado, de forma que los costos de la volatilidad de la economía global no deban ser pagados por la ciudadanía.
Por desgracia, en México no se están implementando políticas que protejan el poder adquisitivo de las familias y por ello la inflación constituye una preocupación generalizada que se exacerba en la medida en la cual los precios se salen de control.
Sería deseable por ello, que el Gobierno de la República diseñara e implementara una política orientada a controlar los precios de los productos básicos que permitiera a las familias adquirir lo necesario para su alimentación sin que ello se tradujera en un problema.
Cabría esperar por ello, que el Gobierno de la República desplegara una política orientada a favorecer la economía familiar, a partir de favorecer el poder adquisitivo de quienes se están viendo más perjudicados por la burbuja inflacionaria.