Jerusalema en sincronía comunitaria
Es un ritmo de tambores africanos.
Son siete impactos repetitivos. Uno débil y otro fuerte, en par, tres veces repetido, antes de otro impacto fuerte. Usando la puntuación Morse sería .-.-.— - tiTá, tiTá, Titá, Ta.
Empieza Jerusalema. Una canción nombrada por una ciudad bíblica feminizada por una A final. Nace en 2019. La canta una mujer de raza negra: Nomcebo y durante la pandemia y ahora después ha llegado a ser un himno de los supervivientes.
Se ha ido convirtiendo en una danza rítmica de sincronía comunitaria en que hay pisada acompasada, zarandeo y salto, avance y retroceso, manos en alto, aplauso en simultaneidades calisténicas. La coreografía puede ser de pequeño grupo o de gran multitud.
Se han presentado videos de gente en todos los continentes, con su indumentaria característica, haciendo los movimientos uniformes y sincronizados.
Canción de esperanza
La canción fue compuesta por Master KG y DJ, en Limpopo, Sudáfrica. Arrancó su expansión con la gozosa coreografía lograda por los niños de Masaka Kids, en Uganda. Lleva más de 150 millones de reproducciones en YouTube.
Es una canción de esperanza. Jerusalema es la ciudad en que habrá amor, paz, felicidad para todos. Se canta desde una actitud de fe. Está hecha de pequeñas y repetitivas frases que piden salvación.
Indirectamente se señala la salvación que se dio en Jerusalén cuando Jesús de Nazareth ofrece su sacrificio y resurrección que hace posible esa plenitud eterna y feliz.
Las palabras y frases se van montando sobre el ritmo que conduce la simultaneidad sincronizada de la coreografía en movimiento; Jerusalema es mi hogar - sálvame -no me dejes aquí - mi lugar no está aquí - ven conmigo - mi reino no está aquí - sálvame - Jerusalema es mi hogar.
¿Unanimidad sin alma?
Quienes danzan quizá están concentrados en no romper la uniformidad en cada compás y les entusiasma conseguir la exactitud de una unanimidad desalmada porque su alma no es tanto lo que se hace sino lo que se está diciendo con el canto, ya traducido a varios idiomas.
Es tendencia esa búsqueda de una numerosa multitud haciendo los mismos movimientos casi gimnásticos. Si se acompañan de una melodía agradable y pegajosa y con una letra humanizante y significativa, da como resultado un arte comunitario para este cambio de época, en que se trenza la danza con la música y un mensaje de sabiduría.
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Hacia las síntesis saludables
Hay tesis e hipótesis encontradas que se oponen en lugar de complementarse. Solo se conserva lo esencial cambiando, adaptando y progresando con lo accidental y secundario.
El universo no solo es uno sino también diverso. Todo está en constante movimiento de diversidades para que sea posible la unidad del todo.
Lo mismo pasa con el organismo vivo, especialmente el humano. Es un himno a la unidad de lo diverso. Es un modelo de conservación y progreso. Lo esencial es vida y salud, los equilibrios necesarios y las síntesis saludables que lo hacen posible solo se logran con constante cambio, renovación y adaptación, más allá de inmovilismos repetitivos que se vuelven anacrónicos, enfermizos y obsoletos...