Siendo como es, el pueblo judío ha sido perseguido durante siglos. Hay que tener la precaución de referirse a su historia con cuidado, cosa que no tenemos que prever si hablamos de franceses o paraguayos. El problema se agranda si se hace referencia a los judíos como genocidas. Perspectiva problemática. Si se toma la Biblia como el libro de ese pueblo y se le atribuye a Dios, se adopta una orientación. Pero desde el siglo 19, judíos y protestantes alemanes lo tomaron como texto, lo que los desliga de una referencia obligada a lo sagrado.
Biblia es una palabra plural que significa “los libros”. Desde ese conjunto de datos, tienes un problema para expresarte sin que se te señale de racista. Para los católicos, el Concilio Vaticano II determinó que la Biblia se debería leer desde la teoría de los géneros literarios: hay libros fundacionales, legislativos, proféticos, históricos o poéticos (Cantar de los Cantares, Job, Salmos, Proverbios). Unos son interesantes, otros aburridos, como Números o Deuteronomio. He leído dos veces completas la Biblia y muchas el Nuevo Testamento.
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Vamos al pasado: Israel era un reino y Judá era otro, enemigos entre sí. Se unieron por la fuerza cuando un adversario superior, primero Asiria y luego Babilonia, los dominó. Ese imperio inspiró no pocas de las mejores páginas: un ejemplo es el gran Isaías, que en Babilonia escribió largos periodos de su obra. Y no está de más decir que quien los liberó de la esclavitud fue Ciro, de ahí que haya sido el primero en recibir el apodo de Mesías.
El Pentateuco, la parte más judía, tiene varios autores y puede ser que algún capítulo haya sido escrito por una mujer. Hay dos tradiciones de escritura: la J, que nombra a dios Yahvé, y la E que le llama Elohim. Al final se creó un solo texto, pero resaltan las diferencias y contradicciones (lea Richard Elliott, “¿Quién escribió la Biblia?”). Unos dicen que mataron a miles de asirios y los otros que los asirios mataron a miles de judíos. Se habla de asesinar a 180 mil, no a 10 o 20. Sucede que Dios ordena la muerte de miles de amalecitas. Así que han justificado con sus escritos las masacres de diversos pueblos. Aun los libros aburridos, si son leídos por una antropóloga como Mary Douglas, “El Levítico como Literatura”, se comprenden las reglas, tabúes, mitos y costumbres, como es el caso de la menstruación como impureza, contagio, suciedad.
En la edad media los judíos sufrieron persecuciones despiadadas por parte de los cristianos en las que franceses, españoles y germanos se distinguieron. Esto fue el factor para que los aislaran de los cristianos en pueblos cerrados sobre sí mismos. Eran inocentes de todo lo que los acusaban.
De ahí que en Israel los judíos ortodoxos sean más sensibles a los sufrimientos árabes, mientras que la mayoría está de acuerdo con los asesinatos de Netanyahu. Los ortodoxos defienden que la tierra es de los palestinos, pero que pueden compartirla ambos. Netanyahu se vengó de los ortodoxos, que estaban exentos del servicio militar, obligándolos por la fuerza a matar gazatíes. Israel ha asesinado a 100 mil civiles, entre estos a 14 mil niños.
De echarle a Yahvé la culpa de sus matanzas a simplemente realizarlas, hay un largo espacio. Y no debemos dejar de lado a Estados Unidos como genocida: los muertos lo fueron con armas americanas.
