Jurisprudencia: La Isla de la Fantasía de Yáñez Arreola

En 2020 escribí dos entregas editoriales sobre la Facultad de Jurisprudencia de Saltillo, en las cuales precisaba su incapacidad para crecer más allá de un orgullo académico e institucional triturado por la historia, y acusaba como responsable a Alfonso Yáñez Arreola, su todavía director, por utilizar su puesto para arribar a la rectoría de la universidad y no para reimaginar un mejor futuro para la facultad.

En ese sentido, comentaba que Juris era “el Peter Pan que tiene terror crecer. (Y, por ello, prefiere ser) ‘el hijo único de Nunca Jamás’ (para) vivir en una Isla de la Fantasía, rodeado de memorias edulcoradas de oropel”. Y lanzaba la pregunta: “Si Peter Pan es ‘Juris’, entonces, ¿quiénes integran esa banda de preadolescentes con rostro de bebé dinosáurico, negados al cambio, al crecimiento y a la madurez pedagógica e institucional?”. Y respondía así: “El líder de esta banda es Alfonso Yáñez Arreola (en aquel entonces en su primer periodo como director), que representa con maestría actoral, hasta el día de hoy, a Peter Pan (en leotardo verde, medias de tela y una gorra con pluma roja)”.

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Sus compinches, con estrellita en la frente, eran “Baltazar Guerrero, Alfonso Verduzco, Leonardo Borrego −mejor conocido como ‘el chico de los Sex-Packs de Juris’−, Javier Villaseñor y Aldo Martínez”. Entre ellos estaban Juan y Miguel, los hermanitos de Peter Pan Yáñez Arreola y los niños perdidos: Zorrillo, Osezno, Conejo, Los Gemelos y Mofeta.

¿Quién nutría, en ese entonces, su soberbia y poder infantil? Los magistrados Juan José Yáñez Arreola, Iván Garza y Miguel Mery, entre otros. Desde aquel entonces, ellos le permitieron a ese grupo “dormir todavía con su biberón con esta inscripción propia de su delirio preadolescente: de ‘Juris’ a la Rectoría: nuestro límite es el infinito”.

¿Acaso, en aquel entonces, no tenían un papá que al menos los mirara feo, como hasta hoy? ¿O se mandaban solos, como hasta ahora? En su delirante fantasía, Alfonso “Peter Pan” Yáñez Arreola fue fiero opositor a la llegada de Octavio Pimentel a la rectoría de la UAdeC. Y tuvo la desfachatez de hacer giras estatales para promover su candidatura subvencionadas, de acuerdo con fuentes de la misma facultad, “con recursos provenientes de la venta de cursos, diplomados (sin el sustento curricular debido) y de cobros irregulares realizados en posgrado para lograr la titulación”.

¿Qué castigo obtuvo por su delirante fantasía? Aldo Martínez −apodado “el Mofeta” al interior del grupo y “el Topo” al exterior del mismo− fue detenido y encarcelado por golpear a su esposa, y suspendido y despedido de la UAdeC por acosar a una menor de edad. Y la Contraloría General de la UAdeC acusó al Peter Pan Arreola por “irregularidades en los procedimientos y falta de comprobación de gastos por más de 17 millones de pesos en sólo el año 2022”.

¿Fueron esos dos manazos suficientes para atemperar las fantasías rectorales del Peter Pan Yáñez? No. Cuando José Ramón Oceguera, maestro de la facultad, le pidió personalmente que rindiera cuentas ante los resultados de dicha auditoría. Peter Pan Yáñez la negó, lo acusó de mentiroso y lo despidió como docente de la facultad.

Entonces, Oceguera consiguió un reconocimiento como docente provisional de la Oficialía Mayor de la UAdeC, que Yáñez tampoco aceptó y menos reconoció. De esta manera, el mismo Oceguera promovió un amparo indirecto −contra el Peter Pan Yáñez− por no cumplir con la instrucción de la Oficialía Mayor, y una demanda laboral contra la UAdeC por despido injustificado.

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¿Quién protege políticamente a Alfonso Yáñez Arreola para vivir sus delirantes fantasías disfrazado de Peter Pan con su banda de hermanitos y niños perdidos? ¿No hay un capitán Garfio que lo ponga en orden? ¿O un cocodrilo Tic Tac que lo persiga hasta en sus sueños y lo haga renunciar? ¿O todavía, como hace cinco años, este Peter Pan se manda solo y sin papá que le mire feo o mamá que le aviente, al menos, una chancla?

Las preguntas son críticas porque la UAdeC es un bastión de gobernabilidad y estabilidad políticas para el presente y futuro de Coahuila. Y el único lugar en el cual el horno sí está para bollos es en la Isla de la Fantasía habitada por este hombre maduro disfrazado de Peter Pan y sus (preadolescentes) secuaces.