La caída del mundo libre y la muerte de la democracia

Opinión
/ 25 febrero 2025

Trump le exige al país invadido básicamente rendirse y aceptar las condiciones que se le impongan en negociaciones a las que ni siquiera se le invita

Abordamos hace algunas entregas el tema del “gaslighting, es decir, la habilidad que tienen algunos manipuladores para escamotearle la realidad a sus víctimas y hacerlas caer en un estado de confusión tal que lleguen a dudar de su propia cordura.

“¡Estás loca! Yo no dije ‘acepto’ cuando el cura nos preguntó eso de que ‘hasta que la muerte los separe’. Yo le dije −¡y lo tengo clarísimo!−: ‘vamos viendo... vamos viendo...’. ¡Acuérdate! Ahí estaban todas tus amigas y hermanas de testigos”.

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La maña consiste en ponerle tanta seguridad y ser tan persuasivo que la pobre víctima diga: “¡Ay, pos creo que sí... ¡Discúlpame, ya no te vuelvo a molestar con eso! ¿Quieres que te haga unos chilaquiles?”.

No importa que la realidad, la lógica y hasta la evidencia griten lo contrario. El manipulador debe actuar con toda firmeza y convicción, como quien enuncia la fórmula del agua. El que titubea pierde.

El horrible hombre de calabaza que funge como tirano de EU le acaba de aplicar una desconocida tal al pobre presidente de la maltrecha Ucrania, Volodímir Zelenski, que pasará a los libros de texto como el peor caso de gaslighting político de la Historia.

Básicamente, lo que POTUS le dijo al pobre “Vlodomiro” fue:

“¡Es que tú también, ya ni chingas! ¡Pa’ qué empiezas una guerra que luego no puedes acabar! ¡Te pasas, de veras, pinche dictador!”.

Perdón pero... Whaaaat!?

Fue precisamente hoy (ayer), 24 de febrero de 2022 (hace tres años, por si también es comunicólogo) que la guerra inició con lo que todas las páginas y portales consignan como la invasión militar a gran escala de Rusia a Ucrania...

¿¿¡¡!!??

¿Sí? ¿Me sigue? ¡De Rusia a Ucrania!

¿Qué parte no está clara?

Desde luego, no falta el necio apologista de los rusos (ese imbécil que sigue creyendo que vivimos en la era de Nikita Kruschev) que legitima las acciones de Rusia porque...

1) Y cuando Estados Unidos invade otras naciones, ahí nunca dices nada....

2) Es que también la OTAN es remanchada y tiene a sus tropas alrededor de Rusia apuntando todos sus misiles al Kremlin.

3) Es que los ucranianos son nazis, igual que Zelenski (aunque sea judío) y entonces está bien que tío Putin los invada.

De hecho, para saber con qué tipo de discapacitado intelectual estamos tratando sólo hay que fijarse a cuál de estos tres argumentos se ampara para justificar la invasión de Rusia a una nación perfectamente libre y reconocida por la comunidad internacional (incluida la propia Rusia):

1) Mentecato antiyanqui, anticapitalista. Ese que luego le hace boicot a la Coca-Cola sin tener la más desahuciada idea de cómo funciona su modelo de negocios.

2) Mentecato conspiranoico, que por definición cree saber más que los demás y estar mejor informado que el resto, aunque rara vez cita sus fuentes y, cuando llega a presentar alguna, es de un medio creado la semana pasada.

3) Mentecato “geopolítico”. Es otro que cree saber y usa el término “geopolítica” como sinónimo de relaciones internacionales porque no sabe lo que significa “geopolítica”.

En fin, que el Mesías de la Supremacía, ¡El Supremesías! (jajaja XD XD XD... Ese lo acabo de inventar), también tuvo los huevotes para llamarle dictador a Zelenski y es que el muy pilluelo no ha convocado a elecciones...

Y tiene razón Mr. Trump, pero olvida que si no han convocado a elecciones en Ucrania podría ser, no sé, quizás porque... ¡Se están defendiendo de la invasión de Rusia!

En cambio, como mediador en el conflicto, Trump no tiene ninguna observación que hacerle a su compadre Vladimir Vladimirovich Putin, quien ya lleva 25 democráticos años en el poder y los que le restan, eso sí, celebrando elecciones en las que sus opositores terminan invariablemente encarcelados o fallecidos de lo que en Rusia se considera la principal causa de muerte natural y esa es caerle mal al camarada Putin.

¡Ah shingá! ¿Y ese no es dictador? ¡Órale! Entonces mis entradotas en la frente no son alopecia, sino “austeridad capilar republicana”.

En serio, es increíble la postura adoptada hoy por la nación que siempre se luce como el “muchacho chicho” en todas las películas de la Segunda Guerra Mundial y que (le guste a usted o le caiga como patada en los “trumpiates”) era hasta hace no mucho el paradigma democrático y sin el cual las democracias incipientes estamos fritas.

El chairo imbécil anti-EU promedio −cabe apuntar− celebra esta debacle como si Rusia, China, Norcorea o Nicaragua fueran mejores modelos de libertad y prosperidad económica. Pero es que son eso... imbéciles.

Para alcanzar la paz, Trump le exige al país invadido básicamente rendirse y aceptar las condiciones que se le impongan en negociaciones a las que ni siquiera se le invita a Ucrania a participar; mientras que al país invasor no le está imponiendo ninguna condición. Básicamente el fabuloso plan de Trump para la pacificación es cantarle a Ucrania la de Luis Miguel: “¡Entrégate...! ¡Aún no te siento!”.

De hecho Trump hasta le pasó a Ucrania la factura por el apoyo recibido hasta ahora. Trump pide como compensación y ahí como no queriendo la patente para la explotación en aquel país de las llamadas tierras raras (que son minerales para la fabricación de semiconductores, no unos ranchitos escondidos).

El mundo atraviesa su peor crisis democrática desde que el tío Adolph fue expulsado de la academia de artes, y esto se deja sentir en el ámbito doméstico y en el plano mundial. Si usted vive ajeno a todo esto, le felicito, pues su tránsito por esta existencia es tan puro y virginal como el de un animalillo del bosque.

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Y no es precisamente sobre lo que hoy quería reflexionar, aunque no está de más.

Sobre lo que sí buscaba hacer hincapié es sobre la manera en que todo esto nos afecta, pues con ese mismo Trump, intransigente y ajeno por completo a la realidad, es con quien la presidenta Sheinbaum ha de negociar un sinfín de asuntos en la agenda bilateral, siendo el más apremiante la improbable repatriación de un capo de la droga de cuyo testimonio depende por completo la estabilidad y continuidad del presente narcorégimen.

Eso sí, será importante retomarlo a la brevedad.

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