La capacidad como limitante: Día Internacional de las Personas con Discapacidad
Las barreras que la sociedad ha creado representan un estereotipo de persona capaz o sin discapacidad, que a lo largo de su vida no se enfrentará a dificultades específicas
Por Daniela Hernández Ávila
Desde 1992 se conmemora el 3 de diciembre como el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. La Asamblea General de las Naciones Unidas consideró fundamental designar un día para reflexionar sobre la importancia de la promoción y respeto a los derechos de las personas que tienen algún tipo de discapacidad.
Es probable que a lo largo de nuestras vidas hayamos escuchado por lo menos un discurso que estuviera relacionado con la inclusión de quienes tienen alguna discapacidad. Sin embargo, ¿alguna vez se han detenido a reflexionar si realmente toda la sociedad está siendo incluida en cada ámbito?
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Cuando se trata de inclusión, es posible encontrar avances destacables que se han logrado a lo largo de los últimos años. Instrumentos como la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad o las Observaciones Generales que emite su órgano intérprete (el Comité DPD) han permitido identificar las necesidades a atender; así como también posibles soluciones al respecto.
Estas acciones se han implementado poco a poco hasta lograr un reajuste en el entorno en favor de las personas con discapacidad. Algunas pudieron incluso ser referencia en su ámbito profesional como, por ejemplo, Stephen Hawking.
Él fue un físico teórico, astrofísico, cosmólogo y divulgador científico que hizo grandes aportes a la ciencia. La esclerosis lateral amiotrófica (que le causaba parálisis) no le impidió sobresalir y abonar al avance de la materia, trayendo como consecuencia ser considerado una persona con una mente brillante.
Por otra parte, también se encuentra Frida Kahlo, quien tuvo poliomielitis y, el ahora conocido, síndrome de cola de caballo, que le impidió moverse a lo largo de su recuperación. Aun así, su talento artístico surgió, llevándola a pintar obras que trascienden a su vida. Por eso, es considerada una de las pintoras mexicanas más reconocidas, gracias a sus famosos autorretratos.
Estos casos de éxito pueden hacernos pensar que la integración de personas con discapacidad se está logrando. Ciertamente son pasos en cuanto al avance relacionado con la garantía de los derechos de este grupo, pero no hay que olvidar que todo esto refleja un entorno en donde seguimos haciendo la diferenciación entre las personas que son capaces y las que no.
Existen muchos conceptos sobre discapacidad, como el de la Real Academia Española (RAE), que la define como la “situación de la persona que, por sus condiciones físicas, sensoriales, intelectuales o mentales duraderas, encuentra dificultades para su participación e inclusión social”.
Las barreras que la sociedad ha creado representan un estereotipo de persona capaz o sin discapacidad, que a lo largo de su vida no se enfrentará a dificultades específicas. Esto contrasta con aquellas personas que sí tienen alguna condicionante, física o cognitiva, que los relega por no adecuarse a lo que se ha determinado como lo normal o estándar y, por ello, todas las cosas a su alrededor están construidas de tal forma que sólo toman en cuenta al primer tipo de personas e invisibilizan a las otras de manera injustificada.
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Es necesario considerar que, aunque la sociedad ha hecho esfuerzos incontables para crear un marco jurídico sólido, políticas públicas y acciones efectivas para la inclusión de todas las personas sin distinción alguna, aún sigue perpetuando prácticas como la separación de las personas basadas en las capacidades que tienen para realizar tareas que se fundamentan en un modelo que no considera la basta diversidad del ser humano.
Para alcanzar una inclusión verdadera es imprescindible establecer una meta que no sólo sea conmemorada una vez al año, sino que esté encaminada a realizar un trabajo diario que permita derribar obstáculos y prácticas que discriminen o excluyan a quienes tienen discapacidad, partiendo de la transformación individual y, sobre todo, desde la empatía y solidaridad colectiva.
La autora es auxiliar de investigación del Centro de Educación para los Derechos Humanos de la Academia IDH
Este texto es parte del proyecto de Derechos Humanos de VANGUARDIA y la Academia IDH