La cultura realmente nos importa muy poco en México

La relevancia que para una sociedad tiene cada aspecto específico de la vida colectiva puede apreciarse, en primera instancia y de manera contundente, en el presupuesto público que se destina a cada área gubernamental. No es este el único indicador a observar, pero sin duda es el más importante.

Si uno pasa revista a los presupuestos federal y estatales notará fácilmente que existen grandes rubros de gasto que consumen la mayor parte del presupuesto: defensa, seguridad pública, educación, salud, desarrollo social. Esas son, a no dudarlo, las grandes prioridades de la agenda pública.

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En principio no está mal que esto sea así, pues se trata de rubros que afectan a prácticamente toda la población y en torno a los cuales existen obligaciones y/o carencias diagnosticadas que deben atenderse con urgencia.

Sin embargo, ¿debería existir una “relevancia mínima”, es decir, un peso mínimo que debiera otorgarse en el presupuesto público a cada rubro? En el caso de la educación, por ejemplo, existe una directriz de carácter internacional que recomienda a los países invertir entre el 4 y el 6 por ciento de su producto interno bruto en este rubro.

Siguiendo esta recomendación, ¿debería existir una directriz para un gasto mínimo en Cultura?

El cuestionamiento surge a propósito del reporte que publicamos en esta edición, relativo a un hecho concreto: ninguna entidad del país destina una porción significativa de su presupuesto a la cultura, medido esto a partir de los presupuestos públicos aprobados para el presente ejercicio fiscal.

De hecho, la entidad con el gasto más alto −en proporción de su presupuesto total− es Zacatecas, que destina a dicho rubro el 4.6 por ciento de sus egresos. Pero es un caso raro, pues todas las entidades que le siguen no llegan siquiera al uno por ciento de su presupuesto.

Coahuila no es la excepción, pues aquí, de acuerdo con el presupuesto aprobado por el Congreso de Coahuila para 2024, los casi 245 millones de pesos etiquetados para la Secretaría de Cultura equivalen apenas a un 0.36 por ciento del total.

La cifra se antoja reducida, sobre todo si se toma en cuenta que 60 centavos de cada peso que se encuentran en dicho presupuesto ya están “etiquetados” y corresponden al pago de salarios y prestaciones de quienes integran la nómina de dicha institución.

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¿Cuál sería un porcentaje adecuado del presupuesto estatal para el rubro de cultura? Cabría esperar que responder a dicha pregunta fuera una preocupación para quienes tienen la responsabilidad de aprobar el presupuesto público, es decir, quienes integran el Poder Legislativo de Coahuila.

En las próximas semanas dará inicio la discusión relativa a la confección del presupuesto de egresos para 2025. Es deseable que entre las prioridades de quienes nos representan en el Congreso del Estado se encuentre el destinar mayores recursos a la promoción y difusión de la cultura.