La democracia dirigida del PRI
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Una vez disminuida la euforia que con discreción, fue celebrado el Quinto Informe de Gobierno que rindió el Gobernador del Estado ante el Congreso local. En perfecto orden siguió puntualmente el libreto, y por fortuna la ausencia de funcionarios federales contribuyó a la pulcritud del evento. Empezará el último tramo de su administración y situándonos en la realidad, en unos días más se iniciará el proceso electoral que culminará con la elección de su sucesor.
Hace unos días, y al calor de los tiempos, el gobernador Riquelme hizo una recomendación a Manolo Jiménez y Román Cepeda –como referencia, este último es el alcalde de Torreón– en el sentido de “llevar en buen plan la contienda dentro de sus aspiraciones de figurar como candidato para gobernador y que la gente pueda decidir”.
Esa recomendación me parece hecha fuera del contexto propio del Ejecutivo estatal, ya que tuvo la oportunidad de abstenerse de pronunciar el nombre del lagunero, pues esa mención contradice la posición evidente que como primer priista –título que los priistas le dan al Gobernador, que es el que decide– había definido su postura al apoyar al exalcalde de Saltillo mediante sugerencias subliminales tomando en cuenta el trabajo desarrollado en la capital de Coahuila.
Sin embargo, al citar a su coterráneo torreonense, que es fácil percibir la falta de expertis para lograr una madurez política y como consecuencia difícil que ahora sea medible para desempeñar un nivel más alto, suponemos que el Gobernador quiera dar a entender que dentro de su partido existe una democracia interna que impulsa una línea de apoyo sobre determinado personaje surgido de entre sus correligionarios que lo lleve a ser el candidato que compita en las jornadas electorales, dando la impresión de que realmente existe en su partido reglas del juego que son apoyadas y respetadas.
En Coahuila, dentro de unas semanas empezarán los trabajos electorales que terminará con le elección de Gobernador en junio de 2023. Esa es una oportunidad que tenemos los coahuilenses para demostrar al país que en nuestro estado podemos construir una democracia moderna, que lleve a definirnos por alguien que no se sienta comprometido con el partido que lo postuló, sino que demuestre que su única obligación es servir a todos por igual mediante acciones que lo hagan avanzar dentro del entorno nacional, acciones derivadas de la responsabilidad y honestidad que recaiga en sus habitantes, proporcionándoles una mejor calidad de vida.
La libertad democrática, que ha ido abriendo paso y que ahora gozamos, ha sido producto de luchas, por lo que nadie debe sentirse que posee la patente para adjudicársela como creador y dueño. Es un derecho promulgado por nuestras leyes y que en todo caso debe ser alentada y garantizada, pues siendo consustancial a todo ciudadano, su práctica debe ser limpia e impedir que sea contaminada por mentes ventajosas y advenedizas.
No podemos sustraernos a una realidad, pues con la constitución de una alianza entre el PRI, PAN y PRD se ha formado una unión con el fin de construir una plataforma que catapulte a Manolo Jiménez a la candidatura por el Gobierno del Estado, y que afortunadamente esa pluralidad política, a veces difícil de coexistir, ha logrado esa conjunción tomando en cuenta que su candidato, al revisar su labor como alcalde de Saltillo, en la que situó a la ciudad con mayores aprobaciones en políticas públicas que redundaron en el beneficio general de los habitantes de la capital coahuilense, es una figura con peso específico y que ahora mismo lo está demostrando como Secretario de Inclusión y Desarrollo Social, en donde ha logrado establecer estrategias para esparcir apoyos a toda la ciudadanía, hechos que nos avisan con toda seguridad que ese trabajo seguirá replicándolo ya en su papel de gobernador, pues el resultado de las labores que ha desempeñado siempre ha mostrado un cumplimiento exitoso que ha estado a la vista.
Se lo digo EN SERIO.
franciscoaguirreperales@gmail.com @aguirreperalesf