La derecha política de ayer y de hoy

Opinión
/ 7 septiembre 2022
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Mediante una arremetida de millones de votos, el pueblo mexicano eligió al actual presidente de la República. En efecto, la Coalición Juntos Haremos Historia, obtuvo para Andrés Manuel López Obrador el 53.19 por ciento de los votos en la elección de 2018, que equivalió a 30 millones 113 mil 483 sufragios (INE), el voto de la esperanza le imprimió al actual Ejecutivo una legitimidad incuestionable. Por su parte, Ricardo Anaya, del PAN, logró 17.65 por ciento y José Antonio Meade Kuribreña, del PRI, 13.56 por ciento.

No hizo falta una revolución armada, fue una insurrección electoral para arrebatarle al Prian el Poder Ejecutivo que ambos ostentaron durante 93 años gobernando a través de las políticas neoliberales. Así, la derecha política se vio desplazada por un gobierno que puso en marcha un conjunto de programas de asistencia social cuyo propósito ha sido mejorar la alimentación, la salud y la educación entre niños, jóvenes y población marginada en general para combatir la desigualdad y la pobreza centenaria que el país arrastra.

La derecha mexicana montó en cólera ante las políticas asistenciales de la 4T, ya que atribuye las carencias sociales a los individuos que, según ellos son haraganes por eso no progresan, sin querer ver que privilegio y marginación son las dos caras de la misma moneda, pese al odio mostrado por la derecha en contra del Presidente y sus políticas públicas aunque el Prian sólo ha logrado provocar fuertes bocinazos en los medios de comunicación, algunos de los cuales también padecen de pejefobia, sin atender ni construir nada alternativo.

El Prian y sus paladines han encabezado la furia contra AMLO por el auxilio ofrecido a Evo Morales y los pronunciamientos a favor de algunos de los gobiernos del sur atacados por la derecha de esos países, olvidando que en política exterior México ha ofrecido asilo a los perseguidos, de esos hechos está llena nuestra historia en el siglo 20, principalmente, cabe destacar que durante el siglo pasado la derecha era vista como ilegítima se la asociaba con la contrarrevolución, el antinacionalismo, con los enemigos del cambio y del progreso.

No es sólo el Prian quien ahora conforma la nueva derecha, también se agregan algunos segmentos amplios de la clase más alta y media, que han sido beneficiarios de la etapa neoliberal y ahora se sienten amenazados ante el espectro de disminuir su incontrolable consumo y que piensan que este país se dirige hacia el comunismo o al socialismo.

El problema de la derecha actual es que no tiene voces creíbles como para ser atendidas por la población, no hay liderazgos eficaces y efectivos, es un segmento que tampoco tiene muy clara su identidad; por qué el PAN se une al Pri en Va Por México y al PRD que se definía como de izquierda y ahora es sólo un trapito inservible y oportunista, ya se ha visto que esa alianza no da para mucho por su falta de credibilidad y su ambigüedad.

La izquierda pugna por las transformaciones sociales, la equidad económica y de género, también en el cuidado del medio ambiente entre otras muchas propuestas socioeconómicas para el cambio y las transformaciones sociales. Así que la 4T es la esperanza de superar años de gobiernos conservadores y que por fin se avance para vencer la desigualdad y la pobreza, promesas incumplidas del Prian.

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Columna: Horizonte ciudadano

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