La inflación es un peligro para la nación
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La inflación es un peligro para la nación, definitivamente. El dato recientemente publicado indica que los precios al consumidor en agosto subieron un 8.7 por ciento. Es una situación inusual y aunque se ha hablado mucho de ella, yo mismo lo he hecho en repetidas ocasiones anteriormente, ahora trataré lo peligroso de la inflación en el contexto actual. Hoy, el mundo tiene características diferentes a hace 15 años cuando tuvimos inflaciones similares durante el sexenio de Vicente Fox. Actualmente se depende más de la tecnología, de la conjunción de partes en la producción de bienes, el sector financiero se ha consolidado como el más importante de varias naciones a nivel mundial, y por si fuera poco, hay un enfrentamiento bélico que tiene a muchos países en crisis y una pandemia que no acaba de desaparecer de la faz mundial. Sin embargo, el aparato productivo sigue funcionando a pesar de todo lo anterior.
La inflación en el caso mexicano es un peligro porque, para empezar, está erosionando la capacidad de compra y consumo de todos nosotros. Los aumentos salariales se dan una vez al año para los trabajadores que son empleados. Estos representan el 78 por ciento de la fuerza laboral nacional, mientras que el restante 22 por ciento pueden ser empresarios o no asalariados que reciben solo comisiones. De esta forma, gran parte de los mexicanos conforme pasan los meses del año, ven cómo su sueldo de manera natural va comprando menos; menos comida para la familia, menos ropa, menos medicamentos, menos de todo porque el dinero deja de alcanzar. Algunos dejan la casa que rentaban y se van a otra más barata, reduciendo la calidad de vida. Hay quienes dejan los colegios particulares para meter a los hijos en escuelas de gobierno, lo que hace perder amistades y generar nuevos procesos de adaptación.
Además de lo anterior, la inflación afecta a las empresas alterando sus metas estratégicas pues el costo de las materias primas se incrementa, lo que las hace perder competitividad a nivel mundial. También reducen sus mercados pues la gente puede comprar menos y es bien sabido que competir solo con precio provoca la quiebra de empresas. En México en 2021, desaparecieron el 19 por ciento de la micro y pequeñas empresas por diferentes razones, entre ellas, un precio poco competitivo dentro de los mercados servidos. Por si fuera poco, este año el alza a los combustibles, una de las principales razones para que se mantenga este elevado nivel de inflación, ha generado en las empresas que tienen que hacer distribución y entrega de productos, un incremento en costos de cuando menos un 20 por ciento, que se ha traducido en incremento de precios para el consumidor. Las empresas están en una situación peligrosa porque además de altos precios en sus factores de producción, mercados con baja capacidad de compra y demandas de incrementos salariales, la competencia internacional es férrea. Marcas mundiales han tenido que voltear a ver mercados de menos capacidad de compra, a los que no estaban acostumbrados a servir, incrementando la competencia para las empresas locales, que en la mayoría de los casos no pueden enfrentarse a los grandes “monstruos” comerciales del mundo y quiebran, generando desempleo y falta de pago a proveedores que por esa misma razón ya no pueden seguir en el mercado. Esto ha creado ya monopolios, porque las empresas grandes, tienen mayores ventajas competitivas y este tipo de empresas, tienden a incrementar los precios y disminuir la producción.
Aunque la inflación es un mal monetario, y se combate principalmente con instrumentos monetarios, también puede combatirse con políticas públicas orientadas a la productividad, esto es, creando incentivos para hacer más con menos. Este ciclo empieza por parte de los gobiernos para dar apoyos no económicos a las empresas para que inviertan en mejoras encaminadas a elevar la productividad. Por ejemplo, Alemania reduce la carga fiscal entre 5 y 10 puntos porcentuales si la empresa invierte dinero en maquinaria que reduzca los tiempos de producción y entrega; y en capacitación y adiestramiento de personal para incrementar directamente el número de unidades producidas. En Taiwán en este momento las empresas consideradas como “estratégicas” o clave para mercados masivos, reciben un descuento en sus impuestos del 50 por ciento si realizan inversiones en incrementos de producción, como puede ser contratación de más personal, compra de maquinaria y equipo, y hasta hay apoyos para la compra de patentes que les permitan a las organizaciones hacer dos cosas: producir más, o hacer lo mismo más rápido. También hay incentivos para la investigación y desarrollo de metodologías que generen conocimientos para acelerar procesos. Sin embargo, en México no hay ningún incentivo, y todavía, se le carga más la mano, fiscalmente hablando, a las empresas para que contribuyan más al erario cuando los mercados están realmente en proceso de contracción.
Finalmente, la inflación es un peligro para la nación porque nadie entiende lo que significa realmente. Es un fenómeno económico del que todos hablan, aunque no entiendan realmente de qué se trata, ni cómo solucionarlo. Los políticos la utilizan como arma de ataque si no son parte del gobierno en cuestión, y si lo son, dicen que es culpa de cualquiera menos de sus propias acciones. La gente solo siente en sus bolsillos los aumentos, comprando cada vez menos. Ven cómo sus deudas en tarjetas de crédito siguen creciendo a pesar de que pagan puntalmente el mínimo. Para los estudiantes la inflación es un fenómeno atribuible al egoísmo de los padres que no les quieren dar más dinero para completar el gasto en sus reuniones. Aún no entienden el valor del dinero en el mundo moderno. Si usted pone atención a su reporte de afores, verá que en lugar de incrementar su fondo de retiro, éste tiene menos dinero porque las manejadoras han reportado pérdidas, que desde luego, usted paga a pesar de que ellas son las que invierten en instrumentos que obviamente desconoce. Por todos lados que usted voltee, habrá menos dinero y eso es un peligro para la nación, porque también el gobierno tiene menos recursos para atender al pueblo. La pregunta más importante ahora mismo es de dónde sacará dinero el gobierno federal, por ejemplo, para hacer frente a sus promesas de pensiones más altas, más apoyos para el campo, subsidios, apoyos a los estados, por mencionar sólo algunos ejemplos que requerirán dinero de inmediato para que el país simplemente funcione, ya ni siquiera pensar en crecimiento. La buena noticia es que el ciclo alcista desmedido de la inflación está por llegar a su fin en un mes más, si los pronósticos se cumplen. Vaya época que nos tocó vivir.