¿La mejor protección es contagiarse?

Opinión
/ 3 septiembre 2022
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“Un estudio determinó que las personas vacunadas que se infectaron con las primeras subvariantes de Ómicron tienen una protección cuatro veces mayor que las personas vacunadas que no se infectaron”.

El sistema de defensa en el organismo, al ser atacado, produce la suficiente cantidad de anticuerpos para imposibilitar las infecciones.

La verdadera victoria es la del cuerpo humano. Agradece los vientos contrarios que hacen posible elevar su inmunidad. Las vacunas tuvieron un poder despertador de todo el poder defensivo frente a un virus cuyas variantes y subvariantes

Se ven reducidas a un síndrome sin gravedad y sin muerte.

La ciencia ha confirmado la existencia de esa ley universal por la cual se comprueba que es la tensión del esfuerzo frente a pruebas las que causan la fortaleza, la destreza, la eficiencia y las victorias.

En el organismo social se comprueba también que son las oposiciones, las críticas y las descalificaciones las que causan crecimiento y fortalecimiento a las corrientes renovadoras.

Es la tensión cada vez mayor de la cuerda en el arco la que lanza –con potencia– la flecha hacia el blanco.

En muchas biografías de hombres y mujeres que alcanzaron logros que parecían inalcanzables se enumeran todos los ambientes pésimos, los obstáculos sucesivos, las corrientes de desaprobación que lograron en el o la protagonista la máxima fidelidad perseverante.

SEQUÍAS E INUNDACIONES

Se agrieta la tierra, se muere el ganado, se frustran las cosechas, aumenta la sed cuando se ve terca la sequía. En la misma temporada, se desatan, en algunas regiones, las tempestades que causan inundaciones por desbordamientos de ríos.

Se va despidiendo el verano para recibir al otoño en medio de truenos y precipitaciones. No tienen consistencia los patrones climáticos que se establecían y hasta los pronósticos se sienten afectados por fenómenos inesperados.

La tecnología ha herido los sistemas ecológicos y el efecto es el riesgo creciente para la vida en el planeta. Hay desequilibrios en la vida vegetal, animal y humana. Y solo dejando de hacer lo mismo se podrán espera resultados diferentes.

¿EL FUTURO FUE AYER?

Hay una nueva mirada humana cuyo poder es tan grande que llega a una situación sorprendente.

El telescopio James Webb mientras más se acerca a las lejanías siderales, va poniendo el pasado en el presente y en el futuro. Ve lo que sucedió hace siglos y milenios y verá, en el futuro, más y más pasado.

Los astrónomos esperan para mañana ver el ayer. El futuro de un astro que contemplan hoy fue hace tiempo. Están viendo colisiones y explosiones de galaxias que hace tiempo desparecieron.

Por razón de la distancia inmensa, no es posible al observador conocer el hoy, el momento presente de la región que su telescopio capta.

En el transcurrir de la historia, también se dan futuros que ya fueron pasados y presentes que anticipan futuros. Algunos nostálgicos quieren más de lo mismo o quieren lograr nuevos resultados sin cambiar rutinas, hábitos y mañas. Y el futurismo adelanta vísperas, madruga para que amanezca más temprano y quiere saborear filete antes de ponerlo a la parrilla.

¿CUÁNDO, DÓNDE Y QUIÉN?

Aquí y ahora eres quien ha de dar el aleteo que eleve, oriente y acelere tu vuelo existencial hacia tu verdadera meta de plenitud eterna...

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El autor de Claraboya, quien ha escrito para Vanguardia desde hace más de 25 años, intenta apegarse a la definición de esa palabra para tratar de ser una luz que se filtra en los asuntos diarios de la comunidad local, nacional y del mundo. Escrita por Luferni, que no es un seudónimo sino un acróstico, esta colaboración forma ya parte del sello y estilo de este medio de comunicación.

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