La necesidad de contrapesos en una democracia como México
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Durante siglos el poder en las naciones estuvo concentrado en muy pocas familias, la realeza y la nobleza que se beneficiaron del mismo en particular, a partir del siglo XIX comenzó el proceso de democratización y construcción de contrapesos reales que distribuyera el poder no solo entre una capa más amplia de la sociedad, sino que también generara límites entre los poderes del Estado.
A la par se fueron generando estudios en la ciencia política que dieron cuenta de las desventajas de concentrar el poder en las democracias y acabar con los contrapesos. Al entender que ello tarde o temprano nos lleva al autoritarismo y a una disminución en la calidad de vida de quienes integramos la sociedad.
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En el actual sexenio, Andrés Manuel López Obrador buscó por todos los medios concentrar el poder en su persona, disminuyendo significativamente el papel del Congreso, buscando minar al Poder Judicial y tratando de cooptar a los organismos constitucionales autónomos, como lo serían el INE, INAI, Banco de México, la CNDH y hasta las universidades públicas.
Pero acabar con los contrapesos implica destruir cualquier oportunidad de defensa de las personas y ello nunca es positivo. Es decir, si el Gobierno Federal comete abusos y todos los demás poderes y órganos autónomos están a su servicio, ya no existe posibilidad tangible de defensa eficiente y el único camino posible es la violencia, acabando de esta forma con la vía institucional.
Un claro ejemplo de lo anterior es la captura de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, instancia en la cual López Obrador puso a una allegada, Rosario Piedra Ibarra, quien se encarga de proteger al régimen en turno, en lugar de a los ciudadanos frente a los posibles abusos del régimen, haciendo que en la práctica se convierta en una institución inservible, porque no cumple la función para la que nació.
No se trata de propiciar un enfrentamiento entre instituciones y poderes del Estado, lo ideal es que los mismos cooperen, pero que también se conviertan en contrapesos los unos de los otros, en beneficio de los ciudadanos.
Y la mejor forma de garantizar los contrapesos es buscando que haya la mayor representación posible de políticos de oposición en la Cámara de Diputados y en la Cámara de Senadores, que le hagan frente a la súper mayoría que busca impulsar Morena, porque desde el Congreso se influye en asuntos como el presupuesto, pero también en la designación de titulares de los órganos autónomos y la propia Suprema Corte de Justicia.
Por eso, si deseas mayor pluralidad, defensa de la democracia y poderes más equilibrados, aun cuando los partidos de oposición tengan muchas áreas de oportunidad, conviene tener un Congreso en donde un partido no tenga una súper mayoría, por tal motivo, es importante que a través del voto se logren poderes legislativos con pluralidad de representantes, que hagan que todas las voces sean representadas y que se tengan que negociar las decisiones de mayor relevancia.
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@victorsanval