La violencia: entre Uvalde y México

Opinión
/ 30 mayo 2022
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¿Qué diferencias o similitudes existen entre la violencia que ocurre en los asesinatos seriales en Estados Unidos y en los homicidios o ejecuciones únicas o múltiples sucedidas en México?

¿En qué coinciden el asesinato cometido por Salvador Ramos, de 18 años, de 19 niños y dos profesoras en Uvalde, al sur de Texas, y los 85 homicidios dolosos ocurridos cada uno de los 31 días del mes de marzo de 2022 y las 672 masacres ocurridas en México sólo en 2020 (Causa en Común: 2021)?

Diferencias

1.- En su planeación y ejecución el asesinato serial es un acto estrictamente individual. En cambio, la ejecución individual o múltiple exige un trabajo de planeación y logística colectivos desde el interior de una empresa criminal.

2.- En la mayoría de los casos, el asesino serial es asesinado por las fuerzas del orden en el momento mismo que comete los asesinatos seriales. Los sicarios son asesinados cuando ocurren enfrentamientos con las fuerzas armadas o los cárteles adversarios.

3.- La impunidad en el caso de los asesinos seriales es cero. En el tema de los sicarios es cercana al 100 por ciento. Porque inclusive cuando son encarcelados operan desde las cárceles.

4.- Mientras el asesinato serial es un acto de autoinmolación individual; la ejecución individual o múltiple es resultado de una guerra entre cárteles, por territorio para controlar rutas, siembra, producción y trasiego de drogas naturales y químicas; trata de migrantes, mujeres y niños y expropiación de empresas mineras, madereras, agrícolas, entre otros objetivos.

5.- Estados Unidos tiene un gran mercado –y poco regulado– de venta de armas: alcanza los 19 mil 500 millones de dólares. Como promedio, “cada estadounidense tiene en casa 1.2 armas por persona. Estas son la mayor causa de muerte en menores de 18 años”. México, en cambio, tiene la venta y el uso de armas altamente controlado a través de la Secretaría de la Defensa Nacional.

Similitudes

1.- Ambos, asesinos seriales y sicarios, actúan desde una normalización de la violencia en una sociedad deshumanizada de manera progresiva.

2.- Los asesinos seriales y los sicarios, más allá del grado sus problemas psicológicos individuales, comparten un alto grado de psicopatía con un rango emocional limitado y una falta absoluta de empatía por el otro.

3.- Ambos, a través de sus actos violentos buscan afirmar su identidad psicópata; mediante la obtención y el ejercicio de poder sobre sus víctimas. Y el placer o disfrute que se deriva de ello.

4.- Tanto asesinos seriales como sicarios utilizan armas obtenidas en el mercado estadounidense. Los primeros las compran de manera legal al cumplir los 18 o 21 años de edad; los cárteles las obtienen en el mercado negro: cada año compran hasta 200 mil armas para fortalecer su capacidad militar. Pagan en efectivo o con droga.

5.- El día de la masacre de Uvalde subieron las acciones de las empresas fabricadoras de armas en Estados Unidos. Mientras en México, se incrementaron las justificaciones por parte del Gobierno Federal, para excusar los más de 100 mil homicidios dolosos de 2018 a la fecha por la ausencia de una política integral de seguridad pública.

Los vasos comunicantes entre la violencia serial (Uvalde) y la violencia del crimen organizado (México) son aborrecibles, porque regresan al hombre a un estado de barbarie precivilizatorio, en el cual matar al otro resulta por ser una situación normal de la existencia.

¿Tendrá el hombre, en un futuro próximo, la capacidad de reencontrarse consigo mismo en su mejor versión?

Ojalá.

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