Las ciudades, los servicios públicos y los compromisos estatales para servir a las personas

Opinión
/ 16 noviembre 2025

Las ciudades constituyen uno de los grandes retos del Estado contemporáneo, por la agrupación de personas e infraestructuras. En ellas confluyen la ciencia, la economía, la cultura y el deporte. Se trata de espacios que albergan a las comunidades y sus intereses, de allí que originan diversas necesidades.

Las ciudades y los servicios públicos están claramente conectados: la habitabilidad urbana depende de los servicios públicos. La Administración Pública tiene una tarea relevante representada por la prestación de los servicios públicos. Esas actividades, como la seguridad pública, suponen una de las razones de su existencia.

TE PUEDE INTERESAR: La creatividad y la innovación desde la óptica jurídica

A inicios del siglo pasado se llegó a considerar, desde algunas áreas del conocimiento, que la única labor de la Administración Pública era ofrecer servicios públicos. Hoy en día se entiende que no es así. La Administración del Estado tiene otras ocupaciones, como establecer su organización o reglamentar las leyes, sin embargo dichos servicios constituyen un cometido importantísimo.

Los servicios públicos pueden ser esenciales o administrativos, entre otras categorías. Por ejemplo, la recolección de desechos o el otorgamiento de documentos de identidad. La Administración Pública, ya sea la federal o la local, puede realizar esas actividades de manera directa o también pueden ser desarrolladas de forma indirecta por terceros autorizados.

En cualquier escenario, la mencionada organización debe prestar con eficiencia los servicios públicos y particularmente los servicios esenciales para la vida. Por ejemplo, el suministro de agua potable o la transmisión de energía eléctrica. Las condiciones de tales servicios constituyen un indicador del buen funcionamiento administrativo o de la situación contraria.

En medio de los distintos tipos de servicios públicos, se propone centrar la atención en la salud, la educación y el transporte. La Administración del Estado debe colocar en marcha dichos servicios con base en un sistema de profesionales, infraestructuras, programas y suministros, entre otras cosas.

En el caso de la salud, o quizá mejor de la protección a la salud, es clave la prevención y la atención especializada. Por lo que respecta a la educación, además del personal calificado, se requiere educar para pensar y para solucionar problemáticas. La riqueza de las naciones hoy en día está en la educación y no, por ejemplo, en el petróleo ni en el hierro. La educación puede provocar la creatividad y la innovación, cualidades que serán el motor de numerosos bienes y servicios.

Con relación al transporte, aunado a los vehículos y las estaciones, se debe colocar el acento en el financiamiento. Las infraestructuras para el transporte, como las vías férreas o las carreteras, son realmente costosas. Por eso, la Administración estatal puede requerir del auxilio de otras organizaciones para su construcción. El transporte en cualquier caso tiene un papel decisivo en la economía.

Igualmente es fundamental señalar la relación que existe entre los servicios públicos y los derechos humanos. Esos servicios son la viva expresión de necesidades individuales y colectivas de las personas. En su satisfacción están vinculados indudablemente los derechos y las libertades, como la salud, la educación, la circulación, el libre tránsito, el trabajo y muchos otros.

Una mención aparte merece el ambiente: cabe recordar que la evolución de las ciudades y la prestación de los servicios públicos se debe compaginar con el medio ambiente y el desarrollo sostenible. La sostenibilidad ambiental, económica y social son decisivas para conseguir un equilibrio entre el desarrollo de las ciudades y el bienestar de las personas. Por ello, se aboga por la calidad de los servicios públicos, pero promoviendo el medio ambiente.

El 31 de octubre de cada año se celebra, en virtud de una decisión de la ONU, el día mundial de las ciudades. Durante el año 2025 esa jornada se festejó, en Bogotá, Colombia, bajo el lema: “Ciudades inteligentes centradas en las personas”. El objetivo consistió, entre otras cosas, en enseñar la importancia de que las ciudades inteligentes den prioridad a las necesidades humanas, la inclusión y la accesibilidad.

Por ello, en el marco de esa celebración, es oportuno efectuar un llamado a las autoridades del Estado y a los actores del sector privado, para focalizar el interés en los servicios públicos. Es clave dar sentido al primero de tales vocablos: servir. Los servicios públicos deben reportar un provecho a las personas. Existe un compromiso público en torno a tales servicios, como pieza fundamental de las ciudades para el bienestar y la efectividad de los derechos.

El autor es Investigador del Centro de Estudios Civiles y Políticos de la Academia Interamericana de Derechos Humanos

Red social X: @jrbelandria

COMENTARIOS