¿Lealtad o eficiencia gubernamental? La disyuntiva de la Educación Pública

Opinión
/ 26 agosto 2022
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En la presentación de la semana pasada que hizo Andrés Manuel López Obrador sobre la nueva Secretaria de Educación Pública, Leticia Ramírez Ayala, quien sustituiría a Delfina Gómez, la palabra que subrayó y resonó más fue: Lealtad.

Leticia llega en un momento especial. Después de pandemia, si aunque usted no lo crea, no todas las escuelas en México han podido volver al 100 por ciento, es el retorno presencial a las aulas por casi tres años. Es decir, los niños que en pandemia estaban en primero de primaria, están empezando cuarto, y así puede hacer usted el ejercicio con el año que mejor le parezca para entender lo que significa eso.

Las “anécdotas” de cientos (o miles) de profesores que tuvieron que pasar a sus alumn@s (porque en México no se puede repetir año o reprobar) sin saber leer, escribir, sumar o restar a la secundaria, parece una pesadilla de la cuál no se puede despertar.

La nueva Secretaria llega en la mera ejecución de las piedras angulares de la política educativa de este sexenio, con el que vendría a solucionar todas las problemáticas educativas, “La Nueva Escuela Mexicana” y “La Escuela es Nuestra”.

“La Escuela es Nuestra, Mejor Escuela” es el tan esperado programa (y promesa) de campaña de López Obrador que viene a sustituir (o eso es lo que esperaríamos todas y todos) los programas cancelados como: “Escuelas de Tiempo Completo”, “Escuelas Al Cien”, “Guarderías Infantiles”. Dichos programas han ido desapareciendo en los últimos dos años.

¿Qué es la Escuela es Nuestra? Es la idea de los “school board” que existen en Estados Unidos donde son ellos quienes manejan el presupuesto conforme a las necesidades de la escuela, tanto de infraestructura como sociales o académicas.

Tengo que aceptar que la idea no es mala. El problema está en dos partes:

1.- Presupuesto. Este sigue siendo de orden federal, es lo que el PEF establece. Del 2021 al 2022, este presupuesto aumentó en 50 por ciento. Sin embargo, en escuelas de 50 estudiantes son 150 mil pesos, más de 50, 200 mil, y más de 150 estudiantes recibirán 600 mil pesos como tope. A diferencia de Estados Unidos, estos “school board” tienen recursos del condado y la ciudad, lo que podría hacerse la analogía a los municipios y estados. La educación no es solamente un tema federal, intervienen todos, y los presupuestos son mucho más amplios porque dependen de un impuesto “predial” que tiene que ver con el lugar donde vives. Señor Presidente, con 600 mil pesos al año no arreglamos la escuela y muchísimo menos el retraso escolar que traemos.

2.- Implementación. Los comités están integrados por la comunidad, docentes y directivos. Eso suena muy bien, todas las partes involucradas. Sin embargo, como hay docentes y directivas muy buenas, también las hay muy malas. No hay indicadores claros para los planes de trabajo de estos comités, y muchísimo menos para el comité per se. Entonces, muchos de ellos gastarán el dinero cómo mejor les parezca, sin importar si beneficia eso o no a los estudiantes.

Si bien se dio un gran paso con la Ley General de Educación incluyendo a la Primera Infancia en el artículo tercero, y recalcando la importancia de los 0-5 años en el desarrollo social y humano de los más pequeños, no tiene política pública clara para atenderlos y muchísimo menos presupuesto.

En este orden de ideas, ¿por qué la lealtad es lo primero que dice López Obrador cuando presenta a una Secretaria de Educación? El gabinete central, entendiéndose como los secretarios de estado, el equipo del primer circulo del Ejecutivo, deberían sobresalir por su experiencia, por su currículo, por sus publicaciones académicas, por la cantidad de proyectos exitosos que han implementado, por la cantidad de alianzas estratégicas y negociaciones que han realizado. No por la lealtad que la tienen al Ejecutivo.

La educación debe ser uno de los pilares en los cuales se construye un país. No apostarle en serio al tema, debería ser considerado traición a la patria. Me pesa mucho pensar en las consecuencias de esos miles de niños y niñas que vivieron una pandemia (siendo los más vulnerables y los más que transgredieron sus derechos) ahora no haya una estrategia clara de cómo van a recuperar todo ese tiempo perdido. Necesitamos más #CiudadanosdeTiempoCompleto que se sumen a la causa educativa.

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