Lenguajes de la convivencia

Opinión
/ 27 enero 2024

Se vive socialmente la maravilla de la comunicación

Cada ser humano se convierte en un transmisor y receptor para la ida y vuelta de mensajes recíprocos. Se construyen múltiples lenguajes con una semántica común que los hace inteligibles. No siempre son palabras orales o escritas. También se usa una rica simbología hecha de signos, trazos, dibujos y pinturas, de himnos y música, de lemas, de colores, de actitudes y representaciones elocuentes. Quedan así manifestados los pensamientos y los sentimientos, los logros y los anhelos, los ideales y los valores.

SANA CONFLUENCIA DE DIVERSIDADES

Los lenguajes diversos toman una dirección y se desenvuelven en un cierto nivel.

Pueden intercambiar informaciones, exhibir convicciones, compartir talentos. O pueden degradarse a un nivel de enemistad en que no solo chocan las ideas sino también las personas. Se pueden usar los dicterios, los insultos, las burlas, las descalificaciones.

Una convivencia de unidad supone una suma confluyente de opiniones en contraste. Desemboca en entendimientos o en conflictos. Produce armonías victoriosas y saludables o da por resultado situaciones enfermizas de abuso, de engaño y confusión.

El paso de salvajismo a civilización es la capacidad de sustituir las guerras por una diplomacia de sinceridades que genere confianza y paz para disfrutar eso que se llama amistad y que es un amor de benevolencia recíproco, cimentado en la comunicación de bienes.

Los lenguajes de convivencia se van aprendiendo en las familias y en los centros educativos que privilegian el respeto mutuo. No con una ridícula urbanidad de apariencias sino con un tejido de virtudes domésticas, sociales y cívicas que no excluyen a nadie.

Los lenguajes de la convivencia no han de crear torres de Babel sino un Pentecostés de sabia comprensión generalizada.

DISMINUIR Y CANCELAR RIESGOS

Los ciudadanos dan su mandato a quienes juran servir al bien común. Y ese bien solo es posible cuando un buen gobierno ofrece el servicio de disminuir y cancelar riesgos. Se produce ese gran bien de la seguridad confiada.

Sin riesgos en el tránsito, sin riesgos en la propiedad, sin riesgos en las vías de comunicación, en los trámites, en las compraventas, en los asuntos profesionales, en el uso de medicamentos y en las terapias necesarias.

Es el vértice en que se unen la excelencia de régimen y la calidad de la ciudadanía, educada para tener encuentros saludables y victoriosos, en todos los ámbitos de la vida social. Esto supone, además de la responsabilidad individual, la vigilancia de una autoridad que no deja impune ningún delito.

EL TIEMPO LIBRE

No la ociosidad entendida como aburrimiento, vaciedad, vagancia con vicio sino como tiempo deveras liberado para descanso, para diversión, para parloteo amigable, con bocadillo y bebida sana y música agradable. Para actividad artística y cultural, para cultivo de espiritualidad en verdadera fe.Para el goce de disfrutar los cariños familiares con risa y alegría. Para deporte, montañismo o espectáculo.

Aprender a descansar felizmente es una humanización indispensable. Cuidar y embellecer plazas, bosques y paseos y programar escenarios apropiados para encuentros amigables es tarea de todos.

EN DOS RUEDAS NO RUIDOSAS

Avanzan las dos motos con silenciador.

“Dicen que ya van a repavimentar este bulevar”, le dice Esteban a Kiko, después de frenar su moto en el alto. Kiko monta una moto coreana. Se detienen ambos en el taller. Explican los ajustes que quieren. Les dicen que en media hora estarán listas las motos. “Esperaremos en la cafetería de enfrente”.

Uno pide café y otro jugo de naranja. Kiko se quita el casco y le comenta a Esteban el manejo atrabancado de algunos automovilistas. “Sí”, comenta Esteban “Yo ya llevo tres toques que me zarandaron”...

Se oye de nuevo el zumbar de los motores. Después del rato de espera, fueron a pagar y a arriesgarse otra vez, en tránsito de hora pico...

Temas


Columna: Claraboya. El autor de Claraboya, quien ha escrito para Vanguardia desde hace más de 25 años, intenta apegarse a la definición de esa palabra para tratar de ser una luz que se filtra en los asuntos diarios de la comunidad local, nacional y del mundo. Escrita por Luferni, que no es un seudónimo sino un acróstico, esta colaboración forma ya parte del sello y estilo de este medio de comunicación.

COMENTARIOS