Los insumergibles de San Pedro Garza García (SPGG)
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No es propiamente la 3a parte de mi crónica sobre los sampetrinos. Bueno, a lo mejor un poco sí
Les platico:
Tomé el título del mote con que se le conoce a Margaret Tobin, la “Molly Brown” que sobrevivió al hundimiento del Titanic el 15 de abril de 1912.
Las similitudes de su vida con la de muchas sampetrinas es colosal, como lo fuera el transatlántico más lujoso del mundo de la naviera White Star Line.
¿Listos? All aboard!
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Molly
Murió a los 65 años y a pesar de las presiones que recibió para no revelar los trasfondos de su vida antes del Titanic, lo hizo y con ello se ganó el escarnio de la “sociedad” a la que se habían encumbrado ella y su marido Joseph Brown, en el Denver de finales del siglo 19 y principios del 20.
Molly y su familia eran de clase obrera y lucharon por cada centavo que obtuvieron.
Cierto, su marido, un diletante y autodidacta pobre, tuvo suerte de formar parte de la empresa Ibex Co. cuando se descubrió una de las vetas más grandes de oro en el oeste norteamericano y, producto de ello, llegó a ser uno de sus accionistas.
Molly se involucró en acciones de beneficencia y filantropía desde el anonimato y fue hasta después de su muerte que se conocieron todos los detalles de dicha faceta.
No eran de linaje ni pedigrí y, por ende, quienes sí lo eran los veían hacia abajo, a pesar de que llegaron a tener más recur$o$ que ellos.
SPGG
En este cínico ejido, quienes ostentan los apellidos ligados al origen de la riqueza que caracteriza al lugar, llaman “nuevos ricos” a los que no nacieron en cuna de seda y se encumbraron socialmente a base de sudor y no de las herencias sin pudor.
Muchos de los filántropos sampetrinos lo hacen con fines fiscales y buscan notoriedad en publicaciones, doctorados honoris causa y aulas de escuelas que lleven su nombre.
Las damas de apellidos rimbombantes con rayita, como dice Vero Maiz-Lancaster, andan en el brete de cuanta acción de beneficencia se les atraviesa, pero no pueden esconder su profunda ignorancia.
Lo hacen para salir en Chic y Sierra Madre y lucir sus galas en el Campestre y o el Casino.
Los caballeros venidos a más de dicha estirpe gracias a sus contratos con el gobierno, se buscaron segundas esposas más ad hoc a sus nuevas condiciones de ricos y se casaron con un amparo bajo el brazo, porque sus primeras consortes les entablaron juicios de alimentos.
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Molly
Fundó una sucursal en Denver, de la Alliance Français y creía firmemente en la mejora de las mujeres vía educación y a ese fin canalizaba gran parte de su filantropía.
Pero nunca fue admitida al Sacred 36, el club más exclusivo de Denver que era dirigido por Louis asnees Hill, a quien Molly llamaba la “mujer más snob”.
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Max Vedoya, director general de la acerera internacional Ternium, nunca pudo “comprar” una acción en el Campestre.
Tuvo que conformarse con el San Agustín y aún ahí se la quisieron hacer de tos.
Es que... Ternium compró −a la alicaída Alfa− su empresa emblemática, Hylsa, pero pregúntenme por el expresidente de dicho consorcio de rancio capital regio.
El Campestre le queda chiquito.
Molly
Antes de participar en actividades benéficas, la insumergible estudiaba las causas a las cuales destinaría sus ayudas.
Llegó a formar parte de la Compañía de Ballet Clásico de Denver, pero antes le dedicó más de un año a cultivar el gusto por ese arte.
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En cambio, las mujeres adineradas de San Pedro, que salen todos los viernes en la edición Sierra Madre adornando actividades benéficas, religiosos o culturales, comparten un perfil similar:
Por lo general, tienen escaso conocimiento y apoyan causas sin comprender su significado.
Incluso al patrocinar eventos como el “Paseo de la Mujer”, muestran su ignorancia acerca del papel de la mujer en la historia.
Si respaldan al Ballet de Monterrey es probable que carezcan de profundidad intelectual.
Muchas de ellas están casadas, son novias o parejas de caballeros que crecieron con la idea de que la mujer −en su muy particular concepto− debe salir en la prensa sólo tres veces:
Al nacer, al casarse y al morir.
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Cajón de sastre:
Pues este municipio del cual les platico, elegirá en junio próximo a un nuevo alcalde.
La banalidad que priva en esos círculos y su ignorancia en temas políticos, los pondrá contra la pared el 2 de junio.
- O votan por la candidata que representa a la continuidad del desastre que ha provocado el actual alcalde en los últimos 5 años y medio.
- O votan por quien quiere serlo por 4a vez, en un patético viaje al pasado en el que vivió sus mejores épocas.
- O votan por el joven aguerrido sampetrino, que ondea la única bandera ciudadana y que conquista cada día a más adeptos, deseosos de una SPGG de última generación, en toda la extensión de la palabra.
Mañana cambio completo de programa, sin faltar el incomparable Iván.