Los puntos en la ciudad
Las peleas de pandillas quedaron en el pasado.
Crecieron como la humedad. Ya no necesitaron de colocar los tenis desahuciados en el cableado aéreo. Las barberías representan el punto de enlace y reunión para el tráfico de enervantes, sobre todo, en la zona conurbada.
Quienes las visitan, en el promedio de edad de los 14 a los 30, usuarios del pase, la pasta, el porro, emancipan las tonsuras capilares, a ritmo de la nueva música urbana.
Sus patrones están al pendiente de la existencia de los insumos.
Cae una estética y se abre una barbería. Hacer plática es forjar afectos. Barbershop. Casas abandonadas. Intestadas. Okupas con clima artificial. Pantallas planas. Videojuegos de última generación.
En la línea de los siguientes desaparecidos van por delante. Los ataques de sus disidentes y contrarios, actividades quirúrgicas.
Las peleas de pandillas quedaron en el pasado. La glosa de los discursos se transmite por youtube. Mentes en blanco. Trap. Trap. Trap.
Da la calada en el humo. Encadena. Babo es Dios. No teme a la muerte. La enfrenta desde la trinchera del Cártel de Santa.
La barbería es el horror de la necesidad. Del subempleo. Al servicio de quienes los ajustician. El nido del coralillo. La mordida segura para los de la Fuerza Civil, la Guardia Nacional y los municipales.
Haga patria. No pierda la cabeza. Ni distraiga la mirada en el caramelo del anuncio de colores de la barbería.
La muerte toca a su puerta.