El jengibre: raíz de fuego, memoria y aroma
Entre viajes, parrillas y memorias de cocina, descubrimos al jengibre: una raíz intensa y aromática que llegó a México desde el otro lado del mundo.
Esta gastrónoma-filósofa del sabor les comparte vivencias, viajes, aromas y recetas profundamente ligadas a nuestra tradición de parrilla y cocina casera. Hoy, el protagonista es una raíz potente, cálida y llena de historia: el jengibre
El jengibre (Zingiber officinale) es una raíz aromática de origen asiático utilizada desde hace siglos tanto en la cocina como en la medicina tradicional. Su sabor picante y ligeramente dulce proviene de compuestos como el gingerol, responsable también de sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Tradicionalmente, se ha empleado para aliviar náuseas, mejorar la digestión, combatir resfriados, reducir inflamación y calambres musculares, e incluso para fortalecer la salud capilar.
Puede consumirse fresco, seco, en polvo, en infusión, caramelos o aceite, y aunque es altamente beneficioso, siempre se recomienda moderación y consultar con un médico en caso de condiciones preexistentes.
¿Cómo llegó el jengibre a México?
El jengibre arribó a nuestro país durante la época virreinal, introducido por los españoles a través de las rutas comerciales que conectaban la Nueva España con Filipinas y las Antillas. En sus inicios, fue adoptado principalmente en la repostería conventual y en preparados medicinales, reservado a cocinas de élite.
Breve historia de su introducción
Origen asiático: Proveniente del sudeste asiático, el jengibre viajó a Europa y posteriormente a América gracias a comerciantes y exploradores.
Llegada a la Nueva España: Los conquistadores españoles lo valoraron por sus propiedades digestivas y su uso culinario.
Uso inicial: Se integró primero en infusiones, dulces y remedios, sin una adopción masiva inmediata como ocurrió en el Caribe.
Producción actual en México
Hoy, el jengibre se cultiva en distintas regiones del país, destacando:
- Puebla: Xicotepec, Jalpan y Pantepec
- Oaxaca: Tuxtepec y San Felipe Úsila
- Veracruz
Su creciente demanda se debe tanto a sus propiedades medicinales como a su versatilidad culinaria. En Oaxaca, incluso, existen productores con certificación orgánica, lo que ha elevado la calidad y prestigio del jengibre mexicano en mercados nacionales e internacionales.
Un ingrediente sin límites
El jengibre es tan versátil como generoso: se disfruta en postres, galletas, dulces cristalizados, jarabes y almíbares, pero también en platillos agridulces y salados, acompañando carnes, pollo, pescados, mariscos, ensaladas y vegetales. Es, sin duda, un ingrediente para aprovecharse al máximo en la cocina.
Receta del día: Galletas suaves de jengibre
Rendimiento: 24 porciones
- 225 g de harina de trigo
- 100 g de azúcar
- 100 g de miel
- 100 g de mantequilla sin sal
- 8 g de levadura en polvo (2 cucharaditas)
- 12 g de bicarbonato sódico (2 cucharaditas)
- 4 g de sal
- 1 cucharadita de jengibre molido
- ½ cucharadita de canela molida
- Azúcar extra para espolvorear
Procedimiento
1. Precalentar el horno a 180 °C y preparar dos charolas forrándolas con papel encerado.
2. En un tazón grande, mezclar la harina, el azúcar, la levadura, el bicarbonato, la sal, el jengibre y la canela.
3. Agregar la mantequilla cortada en cubos pequeños y trabajar la mezcla con un tenedor o con las manos, integrándola bien con los ingredientes secos.
4. Incorporar la miel y mezclar hasta obtener una masa homogénea.
5. Tomar porciones de masa del tamaño de una nuez, formar bolitas, rebozarlas en azúcar y colocarlas en las charolas, dejando entre cada una separación de 4 a 5 cm.
6. Aplastar ligeramente cada bolita con un tenedor y hornear durante 10 minutos.
7. Retirar del horno, dejar reposar un par de minutos y enfriar completamente.
Disfruten estas galletas llenas de aroma y sabor, perfectas para acompañar la temporada de posadas.
Gracias por leer el sabor. ¿Y tú, con todo, Güerito?
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