McLaren, la firma de la mediocridad
El famoso equipo papaya, que apenas el año pasado le ponía sabor a la Fórmula Uno, prometiendo regresar a los primeros planos, es hoy la imagen de una escudería gris.
McLaren vive en la memoria de los aficionados como uno de los equipos más ganadores. Y no es para menos, sus ocho campeonatos lo ubican en el tercer lugar, empatado con Mercedes, sólo detrás de Ferrari y Williams, con pilotos de la talla de Bruce McLaren (su fundador), Emerson Fittipaldi, James Hunt, Ayrton Senna, Alain Prost, Mika Hakkinen y Lewis Hamilton.
Sin embargo, el equipo perdió su magia a finales de la década pasada, cuando ganó por última vez un campeonato de pilotos (2008, el primero en la cuenta de Hamilton), y una década antes, en 1998, su último de constructores. Un año antes del título con Lewis, vino el vergonzoso episodio entre el inglés y su coequipero Fernando Alonso, donde las disputas internas y pésima gestión por parte del entonces director de equipo, el célebre Ron Dennis, pusieron la mesa para el último campeonato de Ferrari, con Kimi Raikkonen.
A partir de 2012, McLaren fue prácticamente la tumba de pilotos como Stoffel Vandoorne y estuvo a punto de serlo en el caso de Kevin Magnussen y Sergio “Checo” Pérez, quienes vivieron años oscuros con la escudería británica. Tortuosos también fueron los años con Honda entre 2015 y 2017, con Fernando Alonso, quien incluso prefirió retirarse antes que seguir arrastrando el nombre con McLaren de por medio. En 2016 nombró al estadounidense Zack Brown como CEO, para buscar reconstruir toda la gloria perdida.
Brown comenzó entonces una remontada desde el penúltimo lugar de la parrilla, pasando al sexto en 2018 y al tercero en 2020, viviendo su máximo momento con el 1-2 de Daniel Ricciardo y Lando Norris del Gran Premio de Italia, pero —a partir de ahí— el equipo no ha venido a menos precisamente, sino que se encuentra atrapado en la media tabla, sin poder salir.
La escudería tampoco la ha pasado bien financieramente, y el año pasado —con la crisis derivada de la pandemia— vendió su mítica sede en Woking, por 197 millones de euros, a la empresa estadounidense Global Net Lease (GNL), en un acuerdo que le permite quedarse ahí por 20 años, pagando renta. El argumento fue monetizar sus instalaciones para seguirle metiendo dinero a proyectos deportivos, desde F1, pasando por Indy, Extreme E, hasta eSports.
En 2020, McLaren quedó en tercer lugar del campeonato de constructores, con dos podios. En 2021, fue cuarto, con cinco podios, en tanto que en la presente temporada marcha cuarto, con solo un podio. Sus pilotos: Lando Norris se diluye en un mal auto, aunque fue renovado hasta 2025, en tanto que el contrato de Ricciardo vence en 2023, pero ya ve mecanismos para concluirlo antes por los malos resultados.
El equipo papaya debe reinventarse con nuevas soluciones que le permitan recuperar su grandeza. Sus fanáticos alrededor del mundo no son pocos, y esperan que el nombre McLaren vuelva a brillar, algún día.