México debe afrontar amenazas y dejar de justificar su mediocridad en extranjero

Opinión
/ 27 enero 2025

Queda claro que en estos tiempos de turbulencia geopolítica e incertidumbre global nadie quisiera estar en nuestros zapatos. Nuestro vecino, la principal potencia económica y militar y, por si fuera poco, nuestro principal socio comercial, nos amaga con el proteccionismo y la repatriación masiva de indocumentados, para la cual no tenemos capacidad de atención.

Pero bien dicen que los momentos de crisis, debemos de visualizarlos como retos que nos presenten oportunidades para transformarnos y mejorar.

Porque mas allá de la ya muy acabada discusión de nuestro derecho a ejercer nuestra soberanía y demás, también debe ser buen momento para analizar como podemos navegar dentro de este caos mundial, que nos arrastra invariablemente hacia zonas desconocidas, y ser capaces de identificar áreas de oportunidad.

TE PUEDE INTERESAR: Las inquietantes cifras del IMSS; pérdidas de más de 400 mil empleos

Porque si dejamos de lado los nacionalismos malentendidos, esos que nos nublan la razón y nos provocan emociones más que razones, deberemos comenzar por comprender que acontecimientos son los que nos han llevado ante esta circunstancia de encontrarnos entre la espada y la pared.

Pero también el entender cuál es nuestro margen de maniobra, mediante acciones que podemos implementar para amainar las ráfagas de nuestro vecino y mostrar nuestra voluntad de cooperación.

En otras palabras, identificar estratégicamente las batallas que queremos y vale la pena pelear, y cuáles de plano no. O dicho de otro modo, ¿cómo podemos capitalizar esta coyuntura? Ojalá que este gobierno tenga la habilidad, pero ante todo la voluntad para lograrlo.

Haciendo uso de expresiones que en otros momentos fueron más que desafortunadas, este episodio le viene a la actual administración como anillo al dedo para la unidad nacional.

Ante las amenazas provenientes de afuera, se trata de sanar las heridas que nos han dejado más de seis años de encono social y polarización. Tampoco se trata de justificar en el extranjero nuestra mediocridad, exagerando su maldad, como es común hacerlo en lideres populistas. Solo apunto que, si algo históricamente nos ha unido como pueblo, es el afrontar las amenazas del exterior.

Pero también le podría venir como anillo al dedo a la presidenta, para romper con compromisos y fobias de la pasada administración. Justificar que ante estos momentos de incertidumbre y ante la necesidad de diálogo y cooperación, a fin de preservar la relación diplomática y económica con Estados Unidos, es imperante modernizarnos y consolidar las oportunidades del nearshoring.

Poner un freno en el mejor de los casos, o bien, matizar la implementación de la perniciosa Reforma al Poder Judicial, un tema que mas temprano que tarde nos llevará a más conflictos con los Estados Unidos. Ofrecer como negociación la permanencia de órganos autónomos ya desaparecidos como la COFECE, CRE y CNH.

Es decir, se trata de ofrecer un piso parejo en temas de competencia, así como reactivar la apertura y el acceso a energía, sería un atractivo para la inversión extranjera, pero sobre todo un gesto con el cual ganaríamos aliados del otro lado de la frontera, para conformar un contrapeso efectivo frente a cualquier otra ocurrencia proveniente de la Casa Blanca.

Analizándolo fríamente, si tuviéramos altura de miras, este momento podría caernos como anillo al dedo a fin de limpiar el desorden interno. ¿Habrá la voluntad para animarnos a ello?

COMENTARIOS

NUESTRO CONTENIDO PREMIUM