Migración y economía, problemas para México

Opinión
/ 15 marzo 2024

El tema más importante para las elecciones de Estados Unidos es la migración, y para México también debería serlo porque las condiciones económicas de algunos países de América Latina se están deteriorando y eso hace que haya más migrantes. Más personas que buscan mejorar su calidad de vida en otro país porque en el suyo no lo pueden y no lo podrán hacer. De enero a noviembre de 2023, llegaron a México 523 mil 150 migrantes irregulares de acuerdo con los últimos datos del INEGI, una cantidad que cada año irá subiendo por los problemas socioeconómicos que se están gestando en la región.

Ya se sabe que Venezuela es un desastre en todos los sentidos y es el principal país de origen de la migración a México; Haití se encuentra en una situación tan terrible que es más que una guerra civil; Honduras está enfrentando una crisis económica desde el 2022 y no hay para cuando se termine. En Nicaragua la persecución política a los opositores del presidente Daniel Ortega ha creado una ola de migrantes políticos hacia México como no sucedía desde los enfrentamientos sandinistas en los años ochenta.

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El problema no es la migración en el caso mexicano, sino la falta de un programa para incorporarlos a la economía nacional, con las consecuencias que por ello tendremos que enfrentar. No estoy en contra de la migración, al contrario, pero hay que tener en cuenta dos asuntos centrales en esta temática. La primera de ellas es que el 99 por ciento de los migrantes no quiere quedarse en nuestro país, ellos buscan el sueño americano, pero el 91 por ciento de ellos no lo logrará de acuerdo con los últimos datos del Departamento de Estado norteamericano, menos del 20 por ciento de ellos serán deportados a sus países de origen y el resto, que es el segundo problema, se quedará en México, para bien o para mal.

Lo bueno de la migración al norte del país es que proporciona la mano de obra potencial que se requiere, pero también aumenta la oferta de la misma y sabemos que la economía en este sentido no falla, a mayor oferta laboral, menores salarios. Por ello, no podemos esperar que si un 75 por ciento de los migrantes se queda en territorio nacional, el mercado laboral permanezca intacto. Por el contrario, habrá cambios importantes, como por ejemplo un aumento considerable de demandantes de trabajo extranjeros (algunos no hablan ni español como los haitianos), que no batallan mucho para conseguir los permisos correspondientes, pero por otro lado las empresas tendrán que invertir mucho dinero en capacitación, ya que al menos un 30 por ciento de esos migrantes (estimado) no leen ni escriben correctamente, así que imagine cómo podrán interpretar un manual de operaciones. También demandarán vivienda, servicios de todo tipo, transporte, educación y servicios médicos. El asunto con la migración es que están llegando en cientos de miles a las ciudades fronterizas como Piedras Negras, Tijuana, Juárez y Nogales, por mencionar solo algunas, y están creando asentamientos irregulares ante la falta de políticas públicas para atenderlos generan áreas de suciedad, crimen e inseguridad.

Ya se ha dicho que ante la problemática, por ejemplo de Argentina, sus ciudadanos jóvenes están viniendo por miles a buscar trabajo (y lo encuentran) en la península de Yucatán, principalmente en el sector turístico de Cancún y Mérida. Allí cualquier persona podrá ver a argentinos en el sector inmobiliario, pero también en las ventas de alimentos en las calles. Esos trabajos que los mexicanos no queremos, los toman ellos y con mucho éxito. De la inmigración venezolana a México, no hay mucho que agregar, somos el segundo país destino después de Estados Unidos y encuentran trabajo. La mayoría de los venezolanos vienen bien preparados y con el dominio del idioma inglés, por lo que no batallan para conseguir empleos en la industria y el comercio, sobre todo en lo vinculado a lo internacional.

Sin embargo, la migración irregular tiene sus problemáticas, empezando por la propia seguridad de quienes llegan a un país convulso azotado por la violencia. Desde 2014 a 2023 se han registrado en promedio 300 muertes anuales en las zonas fronterizas de México, un dato que obviamente se queda corto porque gran parte de estas muertes y desapariciones no se registran, o peor aún, ni siquiera se saben. Tampoco se piensa acerca de la percepción de inseguridad que generan los inmigrantes tanto en sus caravanas como cuando llegan a su destino en la frontera.

Se ha reportado que en municipios de Chiapas y Veracruz, los migrantes son considerados como “un peligro” para los ciudadanos. No hay datos específicos para confirmar si esta percepción es cierta. Lo que sí es un hecho es que en las ciudades donde se aglutinan, generan problemas ambientales. En la Ciudad de México hay parques donde la quema de madera para calentar comida o para generar calor para las personas se ha convertido en un tema de contaminación ambiental, basura y residuos humanos. Es evidente que la falta de instalaciones sanitarias no solo se da allá, sino en todo lugar a donde se aglomeran los migrantes. Los municipios no tienen presupuestos para atender estos asuntos, pues argumentan que le correspondería a la Secretaría de Gobernación.

Ni las candidatas ni el candidato han mencionado en sus propuestas alguna solución para arreglar los problemas generados por la migración, que son muchos más que los que cito. No se ha considerado que con cálculos muy someros, podríamos estar recibiendo por año cerca de 300 mil personas en el país, pero concentrados básicamente en 11 ciudades fronterizas, lo que desde luego va a ocasionar serios desajustes pasando por la suciedad generada hasta la inseguridad percibida y desde luego, las alteraciones en los mercados laborales de estas ciudades. También se ha visto que el crimen ha tomado a los migrantes como presas fáciles para extorsionar a las familias en sus países de origen, como reclutas y hasta son tomados para la trata de personas. Son un excelente negocio para este “sector” de la economía.

En conclusión, la migración en México es un tema que no parece que importe en estas elecciones, caso contrario en Estados Unidos, donde será usado para poner precisamente en evidencia las dos cosas aquí comentadas, que sí importa y que si no se cuida y se planea para mantenerlo bajo control, generará problemas. Así lo dicen los otros datos.

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