Mirador 14/ 09/2023

Opinión
/ 14 septiembre 2023

No ha llovido en el Potrero de Ábrego.

Se diría que el buen Dios está viendo hacia otro lado.

Aun así se anima la sobremesa después de la cena en la casa morada, la misma en que habitaron los abuelos, los bisabuelos y los tatarabuelos. La plática es sabrosa; sabroso es el recio mezcal de la montaña, y sabrosos los tés de menta, canela o yerbanís.

Doña Rosa cuenta uno más de los hechos y los dichos de don Abundio, su marido:

-Le pidió prestados 100 pesos al compadre Merejo (Hermenegildo, el prestamista del rancho). Le dijo él: “Puedo prestarle más, compadre. 200 pesos, si quiere; hasta 300”. Le contestó Abundio: “No, compadre. Présteme nada más 100. Así perderá menos”.

Reímos todos, y el viejón se atufa, masculla con enojo:

-Vieja habladora.

Doña Rosa figura con los dedos índice y pulgar el signo de la cruz, se lo lleva a los labios, lo besa y jura:

-Por ésta.

¡Hasta mañana!...

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