Morena y PAN son lo mismo: fascistas (1)
1a acotación: En esta época, las ideologías partidistas son reemplazadas por actitudes pragmáticas que aseguren el poder. Por ello, los partidos simulan sus ideologías para diferenciarse de otros partidos políticos y atraer militantes o simpatizantes; para abandonarlas de inmediato, cuando lo exige la oportunidad de arribar al poder.
2a acotación: En Morena coexisten distintas fracciones; la radical bolivariana de inspiración marxista, liderada por Claudia Sheinbaum; la socialdemócrata, capitaneada por Marcelo Ebrard y la priista redimida guiada por Ricardo Monreal.
En los primeros tres años, la fracción de Sheinbaum logró forzar el rumbo de la 4T hacia un neopopulismo de izquierda cercano a experiencias similares como las de Argentina, Bolivia, Cuba, Perú, Nicaragua, Salvador y Venezuela.
La cereza en el pastel son los asesores de esta tendencia: Katu Arkonada, español exintegrante del grupo terrorista ETA; los intelectuales −también españoles− Abraham Mendieta y Pablo Iglesias de Podemos, partido español de izquierda radical y −otro español− el economista Alfredo Serrano, otrora asesor de Nicolás Maduro, quien lo apodó “el Jesucristo de
la Economía”.
En esa misma dirección están prendidas las alianzas estratégicas de la 4T con las comunidades evangélicas de profunda raigambre conservadora y de ultraderecha: ahí está la Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confraternice) con presencia territorial en las 32 entidades del País.
Esa organización evangélica transmutó en Partido Encuentro Social y después en Partido Encuentro Solidario, hasta perder su registro nacional en dos ocasiones consecutivas. Pero la alianza con la 4T permanece.
¿Cómo pueden coexistir las tendencias radicales revolucionarias y bolivarianas de la fracción de Claudia con las expresiones homofóbicas, contrarias a los derechos de las mujeres y antiinmigrantes de los evangélicos?
No hay nada que un neopopulismo de izquierda no pueda acomodar.
3a acotación: el PAN es un partido de origen conservador e inclusive pro hispanista de manera minoritaria, acorde con la historiadora Soledad Loaeza.
Por ello, en los años treinta y cuarenta catapulta y estrecha lazos con grupos de ultraderecha como “la Unión Nacional Sinarquista (UNS) que llegó a tener más de 500 mil afiliados y la Falange (no española, sino mexicana) cerca de 50 mil...”. Esas organizaciones afirmaron sus simpatías −en directa relación con la Iglesia Católica− por Franco, Mussolini y Hitler durante el periodo de la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial.
Posteriormente, en 1953, desde las entrañas del mismo PAN nace el Yunque “para defender la religión católica de sus adversarios: el comunismo, el pueblo judío y la masonería”. Su objetivo era “ordenar el Estado para instaurar la Ciudad de Dios”.
@Canekvin
(Continuará el viernes
10 de septiembre)