Movilidad: el gran reto inmediato de Saltillo
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Transitar hacia un verdadero modelo de transporte público eficiente en Saltillo pasa necesariamente por enfrentar a quienes se oponen a dicha posibilidad porque esta rema en contra de sus intereses personales
Digámoslo pronto: Saltillo padece un pésimo servicio de transporte público. No se trata de una realidad nueva ni contingente, sino de un problema añejo al cual las autoridades municipales -y estatales- no le han entrado en serio y, peor aún, cuando han surgido soluciones en el horizonte, han sido literalmente torpedeadas por intereses políticos.
Dos veces, en la historia reciente de la ciudad, se han realizado esfuerzos reales para transformar de fondo el histórico modelo de concesiones -anclado al esquema de organización corporativa de la sociedad ideado por Lázaro Cárdenas hace casi un siglo-: en el gobierno de Jericó Abramo Masso y en la recién concluida administración de Chema Fraustro.
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En ninguna de estas ocasiones, para desgracia colectiva, se ha logrado concretar el objetivo de modernizar el sistema por razones de las cuales nos ocuparemos en otra ocasión. Por ahora, baste recordar ambos episodios como oportunidades parcialmente desperdiciadas cuyo costo recae hoy sobre todos los habitantes de la ciudad, de forma directa o indirecta.
Pero, a diferencia de lo ocurrido en 2013, cuando el modelo “Saltibús” naufragó, hoy estamos ante la posibilidad de consolidar la “Nueva Estrategia del Transporte” puesta en marcha en la administración anterior. Y para lograrlo, el paso más importante es no reiterar los errores cometidos en el pasado.
Javier Díaz, quien hace apenas tres días asumió las riendas de la administración municipal, fue claro en su discurso inaugural al delinear el objetivo a perseguir en su administración: “reducir el tiempo que pasamos en el tráfico” para sumarlo al tiempo invertido en la convivencia familiar.
El ofrecimiento fue también concreto: “se va a modernizar el transporte público para que realmente sea una alternativa eficiente, segura y cómoda”. Y eso es justamente lo necesario en la capital de Coahuila: un modelo de transporte público capaz de incitarnos a dejar a un lado el automóvil particular.
Sin embargo, entre la intención y la concreción de los buenos deseos existe un tramo importante. Y el relativo a la transformación del sistema de transporte público de Saltillo, además de no ser corto, está plagado de riesgos e intenciones de regresión en torno a lo ya avanzado.
El principal riesgo en este momento es el relativo a la digitalización del cobro del servicio y su control por parte de la autoridad municipal. Una facción de los otrora concesionarios individuales, quienes controlan las rutas del oriente de la ciudad, están resistiendo el cambio con la intención de impedir la concentración del cobro del servicio a través de un modelo único.
Me explico para quienes no están obligados a padecer el servicio de forma cotidiana: actualmente conviven dos sistemas de cobro; el modelo “Saltibús”, cuya recaudación sigue en manos de los concesionarios, y el modelo “NET” cuyo cobro esta centralizado en el Ayuntamiento.
La viabilidad futura del sistema depende del tránsito hacia un solo modelo de cobro, no solamente porque eso será más sencillo para los usuarios, sino porque esa es la única forma de financiar una estrategia sostenible de modernización permanente del sistema.
Quienes utilizan hoy de forma intensiva el transporte público, y quienes deberíamos verlo como una alternativa al uso del coche particular, debemos tener muy claro en dónde se ubica el obstáculo fundamental en el camino hacia la modernización: en un grupo de concesionarios a quienes poco importa la mejoría en la calidad de vida de la población.
Tener claro lo anterior es importante para actuar en el sentido correcto en el momento en el cual se requiera nuestro respaldo a las acciones de la autoridad municipal. Porque para llegar al destino de un sistema de transporte público realmente digno deberán confrontarse los intereses de quienes hoy siguen oponiendo resistencia a esa posibilidad. Seguiremos en el tema.
¡Feliz fin de semana!
@sibaja3
carredondo@vanguardia.com.mx