¡Otra más, Gabriela de León! ¡Fuera ropa!
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El sábado 18 de noviembre del 2017 los legitimadores orgánicos de Gabriela de León Farías publicaron una carta en Foro de VANGUARDIA en contra de este columnista y en defensa a esta señora que entonces se desempeñaba como consejera presidenta del Instituto Electoral de Coahuila (IEC). Cabe mencionar que la mayoría de los abajo firmantes fueron cacógrafos tarifados de la alta burocracia extractiva de este País, como son jueces, magistradas, consejeros y funcionarias de arriba de 100 mil al mes, pura bestia de sillón burocrático adicta al desplume y al escalafón, como todos los consejeros de los órganos constitucionales autónomos (OCA) en general.
Y decimos que Gabriela de León Farías es una fiera voraz del presupuesto porque después de haber disfrutado por varios años de un magnífico sueldo, viáticos, prestaciones, seguros, prebendas y cochupos, todavía, al final de su gestión al frente del IEC, hace un movimiento buropatológico propio de la más vil, infame y parasitaria burocracia recurriendo ella misma al autodespido injustificado para alcanzar una sustanciosa liquidación, una chicana tracalera porque luego ella misma se autoliquidó con una indemnización millonaria en perjuicio del Instituto y de los coahuilenses.
Porque cierto es que ella misma se autocorrió de manera injustificada para saquear al IEC, con la agravante de que dicha liquidación no pasó por el consejo general de dicho instituto, sino que fue hecho a escondidas y aprobado sólo por ella, lo cual es un acto inmoral, de vil corrupción, un abuso propio de la más infame y parasitaria burocracia que ha padecido este País. Aunque sobra decir que doña Gabriela salió peor que estos entes patológicos: Alfonso Ochoa Partida, “El Charro”, líder ferrocarrilero; Héctor García, “El Trampas”, líder petrolero; Leonardo Rodríguez Alcaine, “La Güera”, líder electricista, y Elba Esther Gordillo, “La Chucky”, lideresa magisterial.
Y decimos que doña Gaby León es peor que esos burócratas porque ya nada nos sorprende de esos caciques que tanto desmadraron a este País. La corrupción fue su naturaleza y esencia, pero que una mujer “consejera ciudadana” de un instituto electoral inventado como órgano constitucional autónomo se despoje de los ropajes de la decencia y recurra a las chicanas para ejercer la rapiña, sí que es un acto inaudito y aberrante. Ha puesto el mal ejemplo a nivel nacional para que todos los parásitos de los OCA recurran a esa trampa burocrática para seguir encuerando a los mexicanos.
El caso de Gabriela de León es tan vergonzoso como el de la ministra plagiaria de la Suprema Corte, Jazmín Esquivel. Y ahora como nunca es que recordamos al consejero ciudadano de aquel IFE de 1994-1996, Miguel Ángel Granados Chapa. Nos cuenta Silvia Cherem en su libro “Por la izquierda”, la biografía del inolvidable periodista de “Plaza Pública”, que cuando a Granados Chapa se le propuso ser consejero ciudadano del IFE, él puso como condición que no lo hicieran burócrata, que no le prohibieran ser periodista, como entonces estaba la ley que no permitía ejercer a los consejeros otro trabajo y fue tajante al respecto: “Si quieren consejeros ciudadanos, no les quiten su condición de ciudadanos, no los hagan funcionarios”. Y la ley fue cambiada para que él viviera de su trabajo y no del IFE. Como ahora parasitan esos viles burócratas como fue Gabriela de León Farías, una descarada mujer.