PEF 2024: Una vez más, Coahuila ‘pierde’ recursos con la 4T

La división de poderes, en el sistema democrático, tiene sentido en la medida que cumple el propósito para el cual fue diseñada: impedir que el poder público se concentre en una sola persona. O, para decirlo con mayor claridad, para diferenciarse claramente del sistema monárquico del cual buscan alejarse las sociedades modernas.

Por otro lado, el que los estados libres decidan conformar una federación tiene el objetivo de que el todo sea más que la suma de las partes y que las entidades, que dan sentido al conjunto, obtengan mayores beneficios de los que lograrían por sí solas.

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Pero cuando el modelo se pervierte y se desarrollan procesos regresivos, que implican la concentración del poder, no solamente se vacía de contenido el pacto federal sino que se truncan las posibilidades de crecimiento general como resultado de la ausencia de políticas que impulsen el desarrollo de las regiones con mayores posibilidades.

Tener claro lo anterior es indispensable para dimensionar a cabalidad el impacto que tiene la aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación para 2024, cuyo proceso de aprobación se encuentra en curso en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión y del cual ya se conocen resultados preliminares, entre ellos el relativo a las asignaciones para Coahuila.

De acuerdo con lo expuesto por el diputado saltillense Jericó Abramo Masso, la asignación de fondos para nuestra entidad sufrirá un recorte, en términos reales, de alrededor del dos por ciento el año próximo, lo cual viene a sumarse a los más de 23 mil millones de pesos que han dejado de entregarse a Coahuila en lo que va del sexenio del presidente López Obrador.

Y no solamente eso sino que, como se ha venido informando con anterioridad, el proyecto en discusión no contempla ninguna asignación para obras de infraestructura, necesarias para apuntalar la competitividad a nivel local.

“Coahuila pierde dinero con Morena. A Coahuila se le castigó en materia de infraestructura, porque no hay nuevos proyectos de obra”, aseguró el legislador, quien acusó falta de sensibilidad en la bancada oficialista para discutir las necesidades de la mayor parte de los estados.

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Pero no estamos hablando solamente de números y de asignaciones presupuestales sino, en el fondo, de soberanía. Porque en la medida en la cual el Gobierno de la República utiliza su mayoría para que el grueso de los recursos públicos -que se recaudan en los estados- sean manejados de forma centralizada, lo que se provoca es una erosión de la capacidad de los gobiernos locales.

Esto, lo que implica, es difuminar la noción de un estado federado, pues no hay federalismo que valga si éste no pasa por el fortalecimiento de las haciendas estatales y municipales que son los órdenes de gobierno más cercanos a la población.

De lo que estamos hablando pues, es de una regresión democrática que constituye una mala noticia para todos. Una mala noticia que debería hacernos reaccionar y actuar en consecuencia.