¿Placer hoy o felicidad siempre?

Opinión
/ 10 febrero 2022

Una de las preocupaciones más grandes de los padres es la felicidad de sus hijos. Pero, ¿qué es la felicidad? Se puede definir en dos tipos: la felicidad hedónica y la felicidad eudaimónica. La primera se refiera a una felicidad momentánea y temporal. Es el placer inmediato que la persona experimenta ante una deliciosa comida o dos horas en un videojuego. Este enfoque hedónico es la vivencia de una alegría corta y trata de evitar el dolor. Esto se define como la búsqueda del placer sensorial e inmediato. Una de las características de nuestra sociedad en este siglo 21 es la búsqueda de la gratificación inmediata. El doctor Enrique Rojas, psiquiatra español y autor del libro “El Hombre Light”, define el hedonismo como el comportamiento que busca el placer, sobre todo, cueste lo que cueste. En otras palabras, es pasarlo bien a costa de lo que sea, sin importar los riesgos que esto implique. En su libro define al hombre moderno con grandes vacíos de sentido de vida verdaderos y la búsqueda incesante de sensaciones cada vez más nuevas y excitantes.

El enfoque eudaimónico de la felicidad se centra en la autorrealización y el bienestar mediante logros significativos de vida con esfuerzo y persistencia. Esta felicidad eudaimónica se activa en nuestro lóbulo frontal. Esta área produce nuestras funciones ejecutivas (inteligencia ejecutiva) como la planificación de la tarea, toma de decisiones, control de impulsos, manejo de las frustraciones, metas a mediano y largo plazo, inicio de tarea, esfuerzo y persistencia a pesar del aburrimiento e inicio de tarea; mientras el hedonismo o placer inmediato ocurre en nuestro sistema límbico, sistema más primitivo del cerebro, que da origen a los impulsos y satisfacción de deseos o caprichos urgentes... un área asociada a las funciones superiores, a la planificación de la conducta y a la toma de decisiones; mientras, con la hedónica, ocurre todo lo contrario.

La felicidad eudaimónica se proyecta a largo plazo como tener el logro de haber terminado una carrera después de cuatro años o tener una actitud de ayuda o servicio a los demás durante nuestra vida. En cambio, la felicidad hedónica se basa en el placer que se obtiene de cosas o actividades instantáneas como ver la televisión, ingerir alcohol o comer una rebanada grande de pastel.

La felicidad se puede definir de muchas maneras. En psicología, hay dos concepciones populares de la felicidad: hedónica y eudaimónica. Ambos tipos de felicidad se logran y contribuyen al bienestar general de diferentes maneras. No estoy diciendo que nuestra vida debe prohibirse los placeres inmediatos, sino, que los placeres instantáneos no deben impedir la felicidad eudaimónica. Efectivamente las conductas hedónicas aumentan las emociones positivas en ese momento y los logros significativos y la satisfacción con la vida ayudan a regular las emociones y reducen las emociones negativas, el estrés, la ansiedad y la depresión.

Papás, ayudemos a nuestros hijos a disfrutar cada momento de su vida, pero haciéndoles conscientes de que con ir a una fiesta, tener el último celular o comer una comida deliciosa, la novedad desaparece y regresarán a sus emociones de antes. Quizás en ese momento se siente una gran euforia, pero termina el efecto de la dopamina, neurotransmisor del placer, y regresan a sus estados emocionales anteriores y algunas veces pueden empeorar porque el placer fugaz desaparece. Este tipo de felicidad mejora el estado de ánimo, pero sólo es temporal. Fomentemos en nuestros hijos actividades significativas como la lectura o ajedrez, que requieren mayor esfuerzo y un poco más de tiempo para disfrutarlo. Si su hijo se acerca y les dice: “Mamá, estoy aburrido”. Evitemos darle un celular. Mejor decirles: “Ponte a barrer, ayúdale a tu papá a limpiar el carro o juega solo con tus juguetes”. Tener un propósito en la vida y luchar por él produce mayor bienestar y felicidad verdadera.

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Es licenciado en Educación con Maestría en Desarrollo Organizacional por la UdeM. Maestría en Psicopedagogía Clínica en España. Cuenta con doctorado en Currículum e Instrucción por la Universidad del Norte de Texas y estudios de Postrgrado en Educación, género, aprendizaje y cerebro en el programa de Velma Smichdt por la Universidad del Norte de Texas.

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